En relación a la decisión ¿Moverme en bicicleta para no contaminar? esta es una opinión de Ángel Silvente Ortega

Imagen de Ángel Silvente Ortega

Esta es la opinión del experto

El problema del tráfico en las ciudades sólo tiene una solución: un cambio de mentalidad. Así se crearán las condiciones necesarias para que en las ciudades, el transporte público y la bicicleta sean los medios preferidos de locomoción.

Para Ángel Silvente, una nueva cultura de la movilidad debe surgir en nuestras sociedades. Nuestras ciudades sucumben asfixiadas por un tráfico creciente. El coche se ha hecho dueño y señor del espacio urbano. Las administraciones locales han apostado por poner parches a los problemas planteados, gastando millones de euros en mejorar las vías de circulación y ampliando las plazas de aparcamiento. Con ello sólo solucionan parcialmente un problema: hacer la circulación algo más fluida. Pero pronto las mejoras quedan desbordadas por un volumen creciente de vehículos que saturan cualquier intento de mejora en este sentido.
 
Entre los problemas y molestias directas que causa un tráfico masivo, Ángel Silvente identifica: el caos circulatorio, la contaminación acústica y atmosférica, el estrés y agresividad de conductores, el deterioro de nuestra salud física y mental o la locura diaria de encontrar aparcamiento.
 
La utilización habitual del coche implica un uso muy poco inteligente de los recursos energéticos. Por lo tanto debe hacerse una apuesta decidida por cambiar radicalmente el sistema de movilidad en la ciudad. El transporte público debe desempeñar un papel crucial en este sentido. Pero como suele ocurrir en la vida, los problemas más complejos suelen tener la solución más sencilla. Y esta pasa, sin duda alguna, por el uso habitual de la bicicleta en el panorama urbano.
 
La bicicleta es el medio de trasporte más eficaz y barato en una ciudad. En las distancias medias, la bicicleta es mucho más rápida que el coche y aventaja a la moto en que no contamina, no hace ruido y no gasta combustible. El usuario asiduo de la bicicleta disfruta, por lo general, de una mejor salud física y mental.
 
Sin embargo, distintos factores impiden que se imponga como medio de transporte masivo. En primer lugar, las condiciones de la vía pública, donde el coche impide una circulación segura para el ciclista. En segundo lugar, y en parte condicionado por lo anterior, no existe una cultura del uso de la bicicleta. Es triste, pero en nuestra sociedad, la bici muchas veces se considera un vehículo de pobres.
 
Para Ángel Silvente la universidad debe contribuir a un cambio de mentalidad, apostando por medidas que potencien la movilidad sostenible y el uso habitual de la bicicleta.
 
Fuente: SILVENTE ORTEGA,  Ángel. «bicicleta y mobilidad sostenible». Revista Eubacteria, revista universitaria de divulgación científica, 17(2006)

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