En relación a la decisión ¿Creer que la Virgen María es virgen? esta es una opinión de Pedro Luís Rodríguez Panizo

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Esta es la opinión del experto

Este autor a partir de la traducción propuesta por Karl-Heinz Menke del relato de la anunciación a José, señala como éste, cree en María, y totalmente obediente a la voluntad de Dios, para no vulnerar el misterio se queda en un segundo plano.

El profesor Pedro Rodríguez Panizo, en su artículo «María en el dogma», al referirse al dogma de María siempre virgen, puntualiza como el Evangelio de Mateo, desea subrayar la mesianidad de Jesús y, por tanto, quiere mostrar su conexión con Abrahán y David. Al final de la genealogía de Jesucristo rompe la fórmula repetida «engendró a» cuando se refiere a Jesús: «Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Mesías (Cristo)» (Mt 1, 16), dando a entender que el niño que nace, aunque no proceda biológicamente de José, es sin embargo el Mesías anunciado por los profetas.

 

Rodriguez Panizo, afirmará que debemos a Karl-Heinz Menke una traducción algo diversa del conocido texto de Mt 1,18-23. La versión que este autor ofrece de los versículos 18 y 19 deja ver mejor el profundo misterio ante el que se ve confrontado el patriarca y, con él, el lector del Evangelio: «El nacimiento de Jesucristo fue así: su Madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, fue manifiesto [para ambos] que ella, por la acción del Espíritu Santo, esperaba un niño. José, su esposo, que era justo ante Dios [fiel a Dios] y no quería vulnerar [profanar] el misterio de María, decidió corresponder a la acción de Dios retirándose en secreto de la convivencia con María».

 

Rodríguez Panizo aún añadirá que con toda razón Menke señala que no se debe interpretar el atributo de «justo», como frecuentemente se hace, en el sentido de «obediente a la ley», pues, sí así fuera, José tendría no solo que haber acusado a María, sino incluso haber hecho que la apedreasen. No se piensa en tal justicia, sino en la de Moisés antes de la teofanía del Sinaí, o la de Isaías en su visión tremenda y fascinante en el templo: el justo ante Dios, el totalmente obediente a su voluntad. Desde esta perspectiva, la traducción «vulnerar» (profanar) cobra todo su sentido. José, el justo y obediente ante Dios, cree en su mujer y quiere honrar a Dios, dejándole pasar a un primer plano, para quedar él en el fondo de la escena y no profanar (vulnerar) el misterio.

 

Y proseguirá Rodríguez Panizo, parafraseando a los teólogos A. Müller y D.Sattler que lo que acaece, el nacimiento de este niño, es un nuevo comienzo por pura gracia; algo que no puede derivarse de las propias posibilidades de la historia humana, sino que es iniciativa libre, amorosa y originaria de Dios, que siempre da infinitamente más de lo que el corazón humano es capaz de anhelar. Irrumpe aquí la humanidad nueva, abierta totalmente al Espíritu de Dios, frente a la cual todo es vejez –la vejez del pecado, del que Cristo viene a redimirnos.

 

Fuente: Rodríguez Panizo, Pedro. «María en el dogma». Sal Terrae, 98 (2010), p. 883-893.

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