En relación a la decisión ¿Seguir trabajando después de la jubilación? esta es una opinión de Rafael Termes Carrero

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Esta es la opinión del experto

Para Rafael Termes, mientras conservemos las facultades físicas e intelectuales suficientes, deberíamos poder seguir trabajando con independencia de la edad cronológica alcanzada. La  jubilación impuesta por exigencias legales puede ser traumática y nefasta para nuestro desarrollo personal. 

En su ponencia “El jubilado como capital social”, Rafael Termes Carrero, miembro del comité de honor de la asociación SENIOR ESPAÑOLES PARA LA COOPERACION TECNICA (SECOT), afirma que “pensionista se es a la fuerza, jubilado en el sentido peyorativo del término, del que no hace nada, es una decisión personal.” 

Para este ilustre miembro de las academias de Ciencias Morales y Políticas y de la de Ciencias Económicas y Financieras “produce una gran pena ver que al lado de pensionistas que se mantienen activos dedicándose a trabajos que no sólo redundan en la prolongación de la nunca acabada formación profesional, sino que además benefician a los demás…hay un gran número de personas mayores que flotan entre la insatisfacción y el desánimo por no saber qué hacer.”

Para el Sr. Termes es obvio que tanto desde el punto de vista demográfico como desde el económico, “se va haciendo evidente la necesidad de permitir y fomentar en términos legales la prolongación de la vida laboral.”  En su ponencia, este académico, deja de lado los argumentos puramente técnicos y económicos para centrarse en aspectos más culturales y antropológicos, que tienen que ver con “la realidad integral del hombre y de lo que le conviene en todos los aspectos de su entidad.”

Desde esta perspectiva, Termes mantiene que el ser humano necesita dar un “sentido a la vida” mediante el desempeño de un cometido útil para sí mismo y para la sociedad.  Este sentido lo alcanza el ser humano “realizándose” como persona y una de las vías para dicha realización es su actividad laboral  y, más en concreto, cuando dicha actividad “produce un resultado económico con el que satisfacer necesidades materiales de la sociedad en su conjunto, empezando desde luego por las suyas propias.”

Por lo tanto, para Rafael Termes, “es lógico que el hombre, mientras conserve facultades físicas e intelectuales suficientes, desee seguir trabajando, con independencia de la edad cronológica alcanzada, a fin de seguir realizándose como hombre a fin de encontrar sentido a la propia vida.”

Y concluye el experto, recalcando que la imposición del cese de la actividad laboral por el mero hecho de llegar a una determinada edad puede tener consecuencias psicológicas adversas para la persona. Una frustración que puede devenir en trauma psicológico “producido por la jubilación impuesta por exigencias legales o por determinación unilateral del empleador cuando el sujeto se considera capaz de seguir desempeñando el cometido que venía realizando. “  Es más, en palabras del Sr. Termes, “la experiencia cotidiana nos dice que esta frustración derivada de la jubilación no deseada, aumenta a medida que gracias a los avances de la ciencia, aumenta la esperanza de vida.”

Por lo tanto, D. Rafael Termes aboga por la prolongación de la actividad laboral más allá de la jubilación, además de por causas económicas y demográficas, para mantener la llama de la vida y no arriesgarse a las consecuencias psicológicas traumáticas que ha demostrado la inactividad laboral impuesta a los mayores de 65 años.

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