En relación a la decisión ¿Probar el sexo tántrico? esta es una opinión de Sandra Lustgarten

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Esta es la opinión del experto

Para Sandra Lustgarten, sexóloga, en el sexo tántrico, “el amor sexual es como una danza, un despliegue de energía que va de un cuerpo a otro" en la que sobrepasamos el placer carnal y la mera estimulación de los sentidos hasta la "apertura de conciencia hacía la eliminación de miedos y tabúes.”.

“Los seres humanos siguen desconociendo todas las propiedades del buen sexo porque no han sido educados sexualmente.”, afirma la sexóloga Sandra Lustgarten, en su artículo “Sexo tántrico: mitos y verdades de una práctica para pacientes”. 

En el caso del deseo, tanto hombres como mujeres buscan su satisfacción inmediata por el miedo a que este se reprima o se niegue. Sin embargo, la filosofía tántrica busca una satisfacción más serena y tranquila, mediante una búsqueda pausada del equilibrio entre las energías sexuales de la pareja.

Por eso, una de las diferencias básicas que la Dra. Lustgarten encuentra entre el sexo "tradicional" y el tántrico es que, “mientras que en el primero la pasión se agota con el tiempo, en el otro el deseo se intensifica.”  El sexo tántrico pone énfasis en el cuerpo y en la energía. El tiempo no existe y las circunstancias externas al acto sexual quedan apartadas durante su culminación.   En palabras de la doctora Lustgarten, en el sexo tántrico se “acepta el cuerpo como algo sagrado, el deseo se entiende como trascendencia y el sexo es una fuente de placer. 

“En el sexo tántrico se crece a través de las experiencias”, nos explica esta sexóloga en el citado artículo “a través del tántra se intercambia la energía del amor”.  Mediante el sexo tántrico lo que se busca es una “transformación, una armonía, una forma de vida sana.”  A diferencia de lo que ocurre con el sexo tradicional, en el que la pareja utiliza su energía sexual para descargar tensiones, en el sexo tántrico es fundamental que el hombre no eyacule, porque esa energía que se expulsa “hacia afuera” podría transformarse y utilizarse para activar los siete chakras de la conciencia.  Por ello, Sandra Lustgarten afirma que “el tántra no usa el sexo como descarga sino como intercambio de energías masculina y femenina.”  

Durante la práctica del sexo tántrico es vital no eyacular, o como dice la sexóloga “por lo menos no hacerlo hasta después de 10 o 15 actos”.  En el tántra, la mente, la eyaculación y la respiración están conectadas, aumentando así el deseo y llevando el disfrute sexual a dimensiones desconocidas para la mayoría de los mortales.   Esa resistencia meditada a la eyaculación nos brinda protección psíquica y energética, y permite que la energía ascienda en vez de perderse. El sexo es un acto mágico.

Ahora bien, y como señalan muchos otros especialistas, para obtener ese estado de satisfacción plena y compartida que promete el tántra es imprescindible abrazar la filosofía tántra en todas sus dimensiones  no solo en su aplicación sexual.  Por ello, la Dra. Lustgarten señala que “es necesario aprender a tener un conocimiento y manejo de la energía a través de la conciencia, el primer paso es la purificación y dura años y consiste en un cambio alimentario, con las herramientas tántrica que son las visualizaciones, danzas, meditación etc. cada individuo necesita un tiempo particular”

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