En relación a la decisión ¿Perder el miedo al fracaso? esta es una opinión de Shirin Ebadi

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Esta es la opinión del experto

“No importa fracasar, ya que el fracaso puede ser la antesala de una victoria.”

Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz en 2003, en el congreso Internacional “Mentes Brillantes “ que tuvo lugar en Puebla (México) en noviembre de 2012, opina que “la mayoría de las personas tienen ideas maravillosas, pero no todas consiguen que estas se hagan realidad. “¿Por qué es así? ¿Por qué esas personas tienen  esas ideas y las mantienen en su corazón y no se atreven a llevarlas a cabo?”, se pregunta. Según ella, la razón fundamental es “el miedo al fracaso, sobre todo en los jóvenes, a los que les advertimos que tengan cuidado, que no se equivoquen, no vayan a fracasar”. Pero en realidad “Cada fracaso puede convertirse en la antesala de una victoria”. Continua diciendo: “Dejen que los jóvenes practiquen, ensayen, busquen que sus ideas se conviertan en la realidad misma. No importa si fracasamos, lo importante es la visión que tengamos del fracaso: Si con cada fracaso pensamos que se acaba el mundo, ¡De ninguna manera podremos hacer que nuestras ideas se conviertan en realidad!"
 
Shirin Edabi era juez en Persia (Irán) antes de la revolución; cuando esta llegó en 1979, los nuevos dirigentes consideraron que una mujer no podía emitir juicios, por lo que de un día para otro se convirtió en secretaria de la corte de Teherán, la misma de la cual había sido presidenta. Según ella, fue un fracaso a los ojos de todo el mundo, pero ella no pensó que el mundo se había terminado, si no todo lo contrario: aquel dio volvió a nacer y se dijo que lo volvería a intentar. Decidió trabajar más, diciéndose a si misma que llegaría el día en el que demostraría al gobierno de su país que se habían  equivocado. Escribió libros, traducidos a varios idiomas, sus actividades aumentaron, ganó muchos premios... hasta que en 2003 le reconocieron todos sus méritos, otorgándole el premio Nobel de la Paz. El día que fue a recibirlo sabía que el discurso iba  a ser visto por millones de personas, entre ellas los ciudadanos de su país, y entre estos, el Presidente del Poder Judicial de Irán. Mientras lo leía, pensaba que este se estaría diciendo: “Ojalá no la hubiésemos expulsado, ya que hubiésemos podido decir con orgullo: esta mujer es de nuestro país y ha ganado el Premio Nobel de la Paz. Todo el mundo reconoce su trabajo.”

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