En relación a la decisión ¿Intentar influir sobre mis hijos adolescentes? esta es una opinión de Silvio Gutman

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Esta es la opinión del experto

Cuando los hijos eran pequeños, los padres eran quienes marcaban las pautas, normas y valores que debían seguir. Y lo mismo intentan hacer ahora que se han hecho mayores, sin embargo, no siempre el efecto que se consigue es el mismo.

La influencia directa que antes tenían los padres ahora se esfuma. Hasta ahora los padres tenían bastante poder sobre la vida de los hijos, y pensaban que su forma de proceder era la mejor para ellos, pero ahora no tienen esta influencia directa.
 
Los padres pueden decirle al joven que no fume, pueden prohibirle que lo haga, pueden decirle que en casa no se fuma, pueden negarse a darle dinero para tabaco, pueden romper todos los cigarrillos que le encuentren en la chaqueta, pueden buscar por los cajones... Pueden hacer todo lo que quieran, pero si el hijo quiere fumar, lo hará y además lo ocultará. Es decir, que además de fumar, les mentirá.
 
Ante la pérdida de influencia directa, queda la influencia indirecta, que obliga a escuchar al joven si se quiere influir, a aprender a leer entre líneas, a no prejuzgar, a no anticiparse a los resultados, a confiar en ellos.
 
Es importante no sólo escuchar a los jóvenes con la idea de educarlos. Los jóvenes saben perfectamente lo que está bien y lo que está mal. Los padres se lo han enseñado y ellos lo han aprendido, aunque parezca todo lo contrario. Por lo tanto, se debe confiar en lo que se ha hecho hasta ahora. Los padres han sabido cuidarlos, protegerlos, mimarlos, acariciarlos, guiarlos, orientarlos, ayudarlos, amarlos..., así que los jóvenes sabrán retornar todo lo que se les ha dado.

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