
El desplazamiento al lugar de trabajo, sobre todo en las grandes ciudades, implica costes económicos y de tiempo. Puede haber un pacto beneficioso, tanto para el empresario como para los empleados: trabajando en casa, la persona ahorra dinero y gana tiempo, y el empresario reduce gastos y gana eficiencia. La duda es si estando fuera del control directo del empleador o del jefe inmediato, los trabajadores rendirán de manera adecuada. La medida del rendimiento entonces debería variar, no por tiempo físico, sino por resultados.
Exiten muchas actividades profesionales en las que la tecnología telemática actual, combinación de la informática y las telecomunicaciones, permite trabajar desde casa como si estuviéramos produciendo desde nuestro puesto de trabajo físico en la empresa. Esta posibilidad permite eliminar los desplazamientos necesarios para ir y venir desde el domicilio al puesto de trabajo, aunque introduce otras restricciones como la ausencia de relación social con el resto de trabajadores que es preciso valorar. En las formas actuales de teletrabajo, muchas veces se contempla que haya algún tiempo presencial en la empresa.
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Todavía no es una práctica muy frecuente.
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Las implicaciones que tiene sobre los trabajadores, como el ahorro de desplazamientos y la mejora de la conciliación de la vida familiar y laboral; y las consecuencias sobre la empresa, como la menor sinistrialidad en itinere, ahorro de costes, mayor clima laboral por la satisfacción del personal, posibilidad de mejorar la eficiencia, ...
3 opiniones argumentadas

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Miguel Fdez-Rañada de la Gándara
- Directivo con más de 20 años de experiencia