Parece que es algo ya casi comprobado que la creatividad es una actitud más que una habilidad o talento extraordinario. Tomar conciencia de que somos y podemos ser más creativos provoca, tarde o temprano, una mentalidad creativa.
Al sentirnos creativos sin complejos, nuestras ideas son muy diferentes de cuando pensamos que no lo somos. El primer paso para ser más creativos es un cambio decisivo de chip.