La lotería es un juego, normalmente de carácter público, en que se premian económicamente varios números sacados al azar. Es un juego cuyo resultado no depende la destreza de los jugadores, sino de la suerte de los mismos. Es uno de los entretenimientos masivos más jugados hoy en día. El Estado obtiene pingües beneficios de esta práctica, pero la duda es si personas en situaciones de verdadera necesidad, deben jugar lo poco que tienen esperando que les caiga en suerte un premio entre millones.
Dado el gran valor concedido al azar desde la antigüedad, y al enorme interés por su interpretación, en torno al cual se originan supersticiones, la apuesta ha constituido una parte esencial de la historia de las culturas. La apuesta en sí, se constituye como una de las formas de enriquecimiento e interacción más antiguas de nuestra civilización.
Actualmente, con el desarrollo de las tecnologías de la información y de Internet, los juegos de lotería han gozado de un fuerte desarrollo y se ha simplificado tanto la forma de jugar, como el momento en el cual jugar.
Antes las loterías se fijaban en fechas concretas (semanalmente, mensualmente, anualmente, etc.). Actualmente se puede jugar a la lotería en cualquier momento, ya que se puede jugar “on line”. Además, si queremos comprar boletos de lotería de algún otro país, podemos hacerlo a través de muchas páginas de Internet que se dedican exclusivamente a este tipo de juegos.
Este fuerte desarrollo ha ampliado el marco de actuación y la capacidad de acceso de las personas a un juego de azar que ya de por si era masificado y ampliamente conocido.
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Los juegos de azar son un negocio que mueve cantidades ingentes de dinero diariamente y muchas personas en todo el mundo buscan a través de las loterías poder resolver sus problemas económicos.
Existen algunas culturas religiosas que consideran el juego como un elemento que fomenta la codicia y por consiguiente se convierte en un obstáculo para alcanzar un estadio personal superior.
También se considera el juego de la lotería como un elemento que puede fomentar una adicción al juego. Cuando existen problemas económicos, la lotería se constituye como un santo grial sobre el que depositar todas las esperanzas, -
Basar nuestra expectativa de felicidad o nuestra suerte en un porcentaje tan reducido de probabilidades no hace más que allanar el camino hacia la frustración que se producirá cuando verifiquemos que no hemos acertado.
Los Gobiernos obtienen importantes ingresos a través de los impuestos. Tampoco podemos decir que por lo general, sea reprobable éticamente. No obstante, sí puede llegar a ser moralmente inaceptable cuando el juego priva a las personas para atender sus necesidades más básicas o las de sus familiares.
Cuando la pasión se conecta con el juego, existe el peligro de convertirse en una grave servidumbre que puede acabar en adicción. -
Reflexionar sobre el hecho de que vivimos en una sociedad en la que acostumbramos a dar más valor a los éxitos que a los fracasos. Por ese motivo tendemos a valorar más los premios obtenidos en la lotería que las pérdidas que hemos ido generando a lo largo del tiempo.
Cuando se muestran noticias de los premios de la lotería siempre se muestran imágenes de felicidad y nunca se observa el dolor y la frustración que ha generado en aquellos que han perdido su dinero. Este efecto, probablemente, es lo que produce esta gran atracción por la lotería y algo que es importante tener en cuenta antes de decidir.
El porcentaje de alcanzar un nivel elevado de frustración es muchísimo más elevado que el de obtener un premio. Por consiguiente es necesario que el individuo no se obsesione con el objetivo de acertar, evitando crear una dependencia de su viabilidad económica futura basándola sobre la probabilidad del acierto.
3 opiniones argumentadas
Levi Pérez Carcedo 
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Eulàlia Solé - Socióloga y escritora
