
Desde que el hombre existe ha necesitado dar respuesta a las grandes preguntas existenciales. La aparcición de las religiones y de la creencia en dioses o un solo Dios son fruto de esta búsqueda.
Civilizaciones antiguas -como la griega, la romana o la egipcia- creían en la existencia de varios dioses con poderes y funciones distintas. En cambio, las religiones monoteístas -como el Islam, el Cristianismo o el Judaísmo- proponen que Dios sólo puede ser uno.
Una vez decididos a creer en la existencia de un ser divino, surgen las preguntas sobre las características de ese ser.
Una de esas preguntas es si Dios es sólo uno o si hay varios dioses que coexisten a la vez. Creer en un Dios significa creer que en un ser supremo y absoluto. Creer en varios dioses significa creer que en varios seres divinos que se relacionan y que comparten la divinidad.
Las religiones que creen en un solo Dios (el monoteísmo) se llaman religiones monoteístas. Son por ejemplo, el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo. En cambio las religiones que creen en varios dioses (el politeísmo) se llaman religiones politeístas. Es el caso -al menos según algunos expertos- del Hinduismo.
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Dependiendo del clima social y religioso, si hay una visión negativa de lo religioso, se puede frenar la pregunta sobre Dios, y también por ello sobre cómo es y si se puede saber la cantidad de dioses que existen. Por otra parte, en espacios sociales donde predomina una creencia, puede ser mal visto cuestionar la creencia dominante y preguntarse si hay uno o más dioses.
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Preguntarse sobre cuántos dioses existen tiene consecuencias sobre la forma cómo se entiende la divinidad y su papel en el mundo.
Creer en un sólo ser supremo implica concentrar todas las respuestas a las grandes preguntas sobre el mundo y la existencia en una única fuente -para bien o mal ese ser el último responsable de todo.
Creer en una multiplicidad de dioses diversifica las opciones de respuesta: varios dioses puedan significar varias voluntades, varios planes, varias funciones, y éstas puedan no siempre coincidir. De esta forma, las grandes preguntas sobre el mundo y la existencia se harán en múltiples frentes, llevando a respuestas que puedan ser más ricas o quizá más confusas.
De una forma u de otra, la respuesta a esta pregunta cambia mucho de la vida individual y social, determina el modo como entendemos el mundo, como nos planteamos objetivos, la relación con los demás, y la manera de asumir el sufrimiento, los límites y la muerte. -
Antes que nada, informarse de forma libre y abierta. Poder investigar el tema, a través de libros, vídeos, conferencias y otros, de forma seria y sin prejuicios, puede ayudarnos a descubrir aspectos cruciales para la toma de esta decisión.
En segundo lugar, están los modelos: La historia y la experiencia y de las persona que estimamos y valoramos como referentes en la vida puede ser una gran fuente inspiración. Entender su visión de la vida, y descubrir la coherencia y consistencia de su historia personal puede volverse en uno de los pilares fundamentales que sustentan las grandes decisiones de nuestra propia vida.
Finalmente, tener claro nuestras creencias (y lo que no creemos) sobre la existencia y el mundo que nos rodea. Cuestiones como ¿tiene un sentido la vida? ¿existe el amor incondicional? ¿existe algo superior a todo lo demás? puedan ayudar a clarificar el camino que nos lleva a decidir por creer en uno o varios dioses.
6 opiniones argumentadas

- Juan Carlos Brenes
- amador de la palabra de Dios


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Matthew John Slick
- other

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Juan Carlos (Krishna Kripa) Ramchandani
- Maestro de yoga, sacerdote hindú.