Acaba nuestra relación de pareja y estamos tan dolidos que no queremos ningún tipo de trato con esa persona. La duda es si esta situación es pasajera o podemos mantener una forma de afecto hacia nuestra ex-pareja.
A veces se ha compartido tanto, tantos años, que el otro resulta un ser familiar ya de manera irreversible, por lo cual superado un primer momento de distancia y rechazo por la ruptura, puede volverse a establecer una forma de trato para cuestiones prácticas y, en algunos casos, una sincera amistad.
El tiempo pone las cosas en su sitio y debemos tener tranquilidad para afrontar los primeros momentos después de la separación porque serán sin duda difíciles y pensar que nuestro estado anímico irá mejorando poco a poco. Eso nos puede permitir superar resentimientos o deseos de venganza, y establecer una relación suficiente para afrontar los temas comunes que aún subsistan.
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Observar que personas de nuestro entorno cercano han tenido a lo largo del tiempo distintas parejas nos puede ayudar a pensar que nos puede pasar lo mismo.
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Afrontar serenamente la relación con el otro después de la ruptura, sin peleas y sin agresividad, es una consecuencia de esta decisión.
2 opiniones argumentadas
- Leticia Soberón
- Psicóloga
- Beatriz Serrano Garrido
- Directora del Centro de Inteligencia Emocional "Ciebserrano"