Al decir que amamos a nuestros hijos, amigos o a nuestra pareja de toda la vida, nos referimos a que sentimos algo mucho más hondo y profundo que el enamoramiento. Estar enamorado está íntimamente ligado a la atracción física y la pasión que se suelen sentir al iniciar una relación.
Pasados los sentimientos apasionados, la relación puede acabar o pasar a otro estadío de menor intensidad que acaba desembocando, para los más afortunados, en lo que denominamos amor. Confundir ambos términos puede llevar a la confusión y a la decepción.
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