La educación de los niños empieza en la familia. Educamos a los niños y jóvenes con la esperanza de hacer de ellos personas que puedan decidir y pensar por sí mismos en un futuro no muy lejano. A pesar de que ese futuro es incierto, solemos intentar centrarnos en él para conseguir que nuestros niños y jóvenes puedan sobrevivir y vivir lo más felices posible.
Pero es muy lícito preguntarse si deberíamos focalizar la educación más en el presente, en el vivir el ahora, y dejar el futuro para cuando ellos tengan que vivirlo.
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Intentar avanzarnos a lo que sucederá, a qué necesitará el niño o el joven en el futuro. No tener en cuenta el aquí y el ahora, centrarnos en lo que vendrá.
3 opiniones argumentadas
- Javier Echeverria Ezponda
- Dr. en Ciencias Exactas, Catedrático Filosofía de la Ciencia