Hay tendencia -sobre todo al conocer a gente nueva o con aquéllos que se trata solo en la distancia- a ensalzar todos los atributos de alguien que nos gusta. Del mismo modo, con enorme rapidez y naturalidad, vemos únicamente aspectos negativos en la forma de ser de la gente que nos cae mal. Se suele decir que “todo el mundo tiene un lado bueno”, pero a la hora de tratar con los demás no hacemos mucho caso a esto. Casi siempre es ‘blanco o negro’ y las razones que nos llevan a juzgar de un modo determinado una forma de ser o un comportamiento ajeno, a veces, no son muy objetivas.
Esta simplificación es una manera rápida de situarnos ante los demás y movernos en la vida social, pero tiene riesgos si no tomamos conciencia de ella.