En algunos países, para abrir algunos negocios o desempeñar ciertas profesiones es necesaria una gran cantidad de requisitos legales y burocráticos. La duda es si apoyar la liberalización de procedimientos para favorecer competitividad e innovación en la creación de empleo.
Los mercados internos se agilizan con actividades como farmacias, agencias de viajes, etc. y con el ejercicio de profesiones como la de los notarios, pilotos, etc. Pero para ejercer todo esto suelen ser necesarios requisitos muy elaborados, lo cual frena en cierto modo el dinamismo económico. Una liberalización indiscriminada perjudicaría a las personas que ya han realizado esfuerzos económicos y formativos para poder ejercer esa actividad profesional llenando los requisitos que les pedían -esto se llama agravio comparativo- y puede redundar en una bajada de la calidad de los servicios recibidos por los consumidores. Además, un exceso de competencia puede también acarrear la destrucción de la rentabilidad de una industria con el consiguiente perjuicio para todos.
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Resistencia de gremios, asociaciones y colegios profesionales que quieren proteger los derechos de los que ya estan explotando estos negocios o profesiones frente a los que quieren incorporarse a ellos.
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