Ante la imposibilidad de poder concebir, algunas personas buscan alternativas para tener hijos. La reproducción asistida y la adopción son opciones, pero también la concepción subrogada, conocida como "vientres de alquiler", aunque no la admite todas las legislaciones.
Las biotecnologías aplicadas a la reproducción humana plantean nuevos interrogantes éticos: si debe buscarse el bien del pequeño que va a nacer o dar preferencia al derecho de la mujer a ser madre, aunque sea a través de otra persona.
Muchas personas postergan por diversos motivos personales y sociales, la decisión de ser madres o padres. Con el paso del tiempo, algunas desean tener hijos, y si tienen problemas biológicos para poder concretar esta decisión, pueden recurrir los métodos de reproducción asistida como un camino de solución, pero también la adopción nacional e internacional.
Sin embargo, también en algunos países está permitido subrrogar el vientre de la madre, cuando ésta no puede concebir directamente. De esta manera, otra mujer en condiciones biológicas adecuadas puede concebir al hijo sin ser la madre legalmente. Las personas pueden hacerlo de manera altruista o por una recompensa económica. En algunos países como Estados Unidos está regulado el sistema estrictamente, y las madres subrrogantes pueden hacerlo por una compensanción económica.
Para algunos expertos este es un sistema legítimo ya que permite que personas que no pueden acceder biológicamente a tener hijos puedan cumplir sus expectativas. Para otros expertos, existe un dilema moral y ético en este sistema, pensando sobre todo en el derecho infantil a una claridad sobre su origen, y de allí que no sea aceptado en muchos países. Otros consideran que la concepción subrrogada es un reflejo de una sociedad de consumo donde todo es transable y posible, sin límites.
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Que sólo sea posible legalmente en muy pocos países como Estados Unidos, Brasil e India y el alto costo económico que puede supeditar este tipo de actuaciones. Desconocer si realmente es posible realizarlo. Ayudar a alguien a tener un hijo puede después generar arrepentimiento en las personas donantes, o bien, en las personas que deseaban tener el hijo o hija. Pensar en el derecho de los niños a una claridad sobre su origen.
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Sanciones por actuar al margen de la ley en algunos países, o posibles responsabilidades futuras no deseadas por la persona donante. Según algunos estudios realizados en los países que practican la maternidad subrogada, también produce satisfacción personal ante el hecho de poder ayudar a que otras familias puedan tener sus hijos e hijas; además de la satisfacción de quienes pueden conseguir ser padres por este medio.
Paula Casal 
