Las metodologías “agile” van más allá del concepto tradicional de la productividad basado en “unidades entregadas” o “complejidad resuelta”. Estas nuevas metodologías introducen factores de mayor impacto en la productividad y proponen ir más allá, haciendo pivotar a la empresa alrededor de la participación y satisfacción del cliente, cambiando el sistema productivo e introduciendo nuevos modelos mentales y culturales que apoyen ese cambio.
Sin embargo, al tratarse de metodologías tan recientes, su implantación supone todo un reto y un riesgo ya que sus efectos sobre la productividad pueden estar limitados a ciertos sectores o productos.
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