La historia es una continua narración sobre guerras. Muchas veces pensamos que el progreso acabaría con la resolución violenta de los conflictos, pero la historia nos muestra que no ha sido así. Los espacios pacíficos son muchos, pero la guerra sigue presente en muchos lugares del planeta.
La cuestión es si los seres humanos serán alguna vez capaces de resolver sus diferencias sin matarse, creando una civilización en la que los problemas entre grupos se resuelvan pacíficamente.
Dirimir los conflictos sin recurrir a las armas es una idea que estaba en el origen de la Sociedad de Naciones, tras la Primera Guerra Mundial, y de la Organización de Naciones Unidas (ONU), tras la Segunda Guerra Mundial. Pero sigue habiendo guerras, también en otros puntos del planeta. ¿Qué ha fallado? Ha habido autores que han creído que la historia sin conflicto es una historia inmóvil y que, una vez generado, el conflicto, ya se mantiene siempre.
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El recurso a la fuerza siempre ha estado presente en las sociedades humanas. Es un recurso fácil y rápido que, no pocas veces, requiere menos esfuerzo que el diálogo, porque no presupone una negociación en la que ambos contrincantes deben ceder algo.
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La guerra es devastadora. Lo más habitual en una guerra es que haya víctimas inocentes, pues en todo uso de la fuerxa el débiles quien más sufre. La guerra es el mayor fracaso social.
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Buscar alternativas al uso de la fuerza. Para algunos, el uso de la fuerza es el último recurso ni siquiera es un recurso: cualquier otra vía siempre es mejor y vale la pena buscarla.
15 opiniones argumentadas
- José Luis González Quirós
- Filósofo y analista político
- Florentino Portero
- Doctor en Historia Contemporánea
- Xiskya Valladares Paguaga
- Religiosa, Filóloga y Periodista