En ocasiones, provocamos un dolor innecesario, estúpido o inútil en las personas que más apreciamos. Nuestros seres queridos son los más próximos a nosotros y, muchas veces, son quienes padecen por nuestra culpa. Es preciso, para evitarlo, molestarse en percatarse de lo que hacemos.
Es decir, debemos contemplar las consecuencias que tendrán nuestras acciones y cómo estas afectarán a los demás, en mayor o menor medida, para así percibir el dolor inútil que podemos provocar en los que están más cerca de nosotros.
Opiniones argumentadas
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