El denominado como dolor estúpido o inútil es el que surge de la frivolidad de algunas personas que actúan sin pensar, sin darse cuenta, sin mirar cuáles son las consecuencias de sus acciones. Se puede decir que es como la “banalidad del mal” que describió dramáticamente Hannah Arendt.
La indiferencia o la frivolidad son formas tontas de crueldad, de hacer sufrir a los demás y, seguramente, todo ese sufrimiento que provocan, todo ese dolor, es perfectamente evitable.
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