¿Debemos dejar que nuestro bebé alcance de forma autónoma y natural la postura de sentado o debemos “ayudarle”? o, desde un planteamiento más general ¿qué consecuencias tiene que el desarrollo psicomotor del bebé esté liderado por nosotros y no por ellos?
Hay quien piensa que los niños aprenden a sentarse porque los adultos les enseñamos a ello, sin embargo, otros piensan que el desarrollo motor del bebé se rige por la libertad, por ser él o ella quien alcance las posturas de su desarrollo de forma autónoma y natural, sin que los adultos les pongamos en esas posturas.
Cuando tenemos un bebé podemos actuar con él de muchas formas, pero la más común suele ser aquella en la que nosotros, como adultos, asumimos un rol para estar a su lado la mayor parte del tiempo y darle todo lo que necesita, ya sea para alimentarse como para ayudarle a alcanzar y a ver lo que tiene a su alrededor.
Pero, ¿qué consecuencias tiene que el desarrollo psicomotor del bebé esté liderado por nosotros y no por ellos? ¿qué ocurre si sentamos al bebé antes de que su cuerpo y su percepción estén preparados para ello?
Culturalmente tenemos la percepción de que los bebés nos necesitan para alimentarse, calmarse y también para que les enseñemos a moverse, pero a la vez debemos tener presente que si intervenimos en exceso en su desarrollo podemos restarles dosis de confianza en sí mismos imprescindibles para su adecuado desarrollo.
Debemos tener en cuenta que los adultos podemos estar cerca observando, apoyándoles, pero no interviniendo en sus movimientos, puesto que, de lo contrario, no se sentirán con la suficiente confianza para ser autónomos a nivel motor.
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