Ser culto, preocuparme por la actividad, la obra y el pensamiento -pasado y presente- del hombre en el campo artístico, científico, filosófico, tecnológico… parece un lujo reservado a hombres y mujeres ociosas, con la vida resuelta o para grandes sabios de la antigüedad.
Por otro lado, se ha dicho muchas veces que las cosas más importantes no se aprenden en las escuelas y universidades y que, sin embargo, son las que marcan las diferencias tanto a nivel privado como profesional. Entre ellas podría nombrarse el objetivo de ampliar nuestra cultura.
No es fácil si al decir que alguien es “culto” nos referimos a que esa persona ha adquirido una serie de estudios o conocimientos difíciles y valiosos o si es más que nos llama la atención su especial sensibilidad para tratar el mundo, las personas y las cosas que existen.
4 opiniones argumentadas
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Julio Pérez-Tomé Román - Consultor Innovación, Social Media, Marketing y Comunicación
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Jesús Banegas Nuñez - Doctor en Ciencias Económicas
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Leticia Soberón - Doctora en comunicación social - redes
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Jorge Ubeda - Doctor en Filosofía
