En relación a la decisión ¿Convertir las casualidades en oportunidades? esta es una experiencia de de Mercedes Téllez Guerrero

Imagen de Mercedes Téllez Guerrero
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Esta es mi opinión personal

Hacia dos meses que habiamos tenido que sacrificar a nuestra perra " Negrita" tenia diecisiete años y estaba muy, pero que muy viejecita.
Yo enseguida quise tener otro perro pero mi marido no, estaba un poco cansado de tantas obligaciones, él la sacaba siempre a pasear y se ocupaba de todos sus cuidados - si no lo hago yo , no lo hace nadie - decia.
La cuestión es que ante tanta insistencia por mi parte, puso una única condición,
- si entra otro perro en esta casa, tiene que ser un Yorksire pequeñito, para que pueda salir a la terraza y no me obligue a sacarlo tanto -
Claro, un Yorksire era y es hoy en día, un perro caro y para no querer tener ninguno, no podia pedirle que me lo comprara, asi que pensé( y no solo un vez, si no cada uno de los dias siguientes a la muerte de "Negrita") que algun día, caeria un cachorro de Yorksire del cielo por arte de magia.... Que razón tenia!!
LLegaba tarde a la oficicina asi que cogi un taxi, creo que sería el día ocho o diez de enero(no puedo recordarlo) justo entré y me acomodé en el coche cuando vi en el suelo la estampilla de un santo, estaba muy arrugada y parecia bastante vieja, la cogi y se la enseñe al taxista con la intención de darsela, estaba claro que era de él o que a alguien se le habia caido. No la quiso, dijo que me la habia encontrado yo y que a mi tenia que darme suerte, asi que me la guarde en el bolso.
No recuerdo exactamente que hice aquella mañana, solo sé que sobre las 13h, me encontraba delante de "La Caixa" en la Avda. Diagonal de Barcelona y alli estaba ella, la vi y enseguida note que estaba perdida, entré en el banco y en las tiendas cercanas, deje mi teléfono por si alguien la reclamaba pero no, nadie llamó.
Queen (una Yorksire de seis meses) se convirtió en la reina de nuestra casa y hasta que murió (hace poco más de un año) disfrutamos siempre de su alegría, sus ganas de jugar, su optimismo, muchísimo cariño y una gran lealtad.
San Expedito (el Santo de la estampita) es desde entonces nuetro mejor amigo, quien me conoce bien, conoce tambien a Sant Expe (que es como le llamamos cariñosamente) y en la iglesia de Sant Jaume de Barcelona, no caben tadas las velas de agradecimiento que le ponemos.

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