En relación a la decisión ¿Tener más de una identidad cultural? esta es una experiencia de de Alfredo Fernández Capel

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Esta es mi opinión personal

La Patagonia argentina es una región muy amplia, pero con una muy baja densidad poblacional. Sus vastas extensiones hacen posible aquello de “mi campo llega hasta donde da mi vista”. Sus riquezas van desde el petróleo y los minerales del subsuelo, hasta el turismo. Las corrientes migratorias más importantes que recibió la Patagonia se pueden dividir en dos etapas: la primera, desde 1910 hasta 1930, con el descubrimiento y las primeras explotaciones petroleras -en este período ingresaron muchos europeos que huían de la guerra-, y, la segunda –más reciente-, durante los años 70, 80 Y 90, donde el objetivo era un tanto más romántico: “vamos a poblar la Patagonia”, aunque en el fondo pretendían también objetivos económicos.

Pero estas corrientes migratorias originaron desavenencias que aún hoy persisten. La situación a describir ocurre dentro de la misma ciudad de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, en el extremo continental, donde vivÍ durante 23 años junto a mi familia. Esta ciudad está ubicada a 2600 km. al sur de Buenos Aires, tiene una superficie de 243.000 km² y una población de casi 270.000 habitantes. La mayor parte de la población proviene de otras ciudades de Argentina, como así también en gran medida de regiones del sur de Chile, principalmente de las ciudades de Punta Arenas y Chiloé.

Existe un dicho popular que marca muy bien la diferencia de las personas según su lugar de nacimiento. Así existen los NyC (nacidos y criados): es la gente que nació en Río Gallegos, generalmente familias tradicionales vinculadas en su mayoría a establecimientos ganaderos. Luego se encuentran a los VyQ (venidos y quedados): gente que eligió a Río Gallegos como lugar de vida, aunque no haya nacido allí. (Río Gallegos recibió a partir de la década del 80 una fuerte corriente inmigratoria de diversas provincias argentinas, gente que venía para “hacer la Patagonia”, y tras unos años aquí con buenos rindes económicos regresar a sus ciudades de origen. Muchos de ellos por las diferentes crisis nacionales no hay regresado a sus provincias). Y finalmente están los TAF (traídos a la fuerza): son aquellos que por razones generalmente laborales o de familia deben forzosamente radicarse en esta ciudad. Participan de este colectivo muchos militares, petroleros, etc.

Luego de esta diferenciación cada categoría tiene las suyas. Por ejemplo hay muchos VyQ cuyo origen trasandino (Chile) también genera ciertos resquemores en otros. Los inmigrantes chilenos, popularmente denominados de forma peyorativa CHILOTES, se ocupan de trabajos poco calificados como mucamas, empleadas domésticas o albañiles. El niquismo (NYC) es muy fuerte en algunos ámbitos, tanto que muchas veces se menciona de manera peyorativa a quienes no nacieron aquí. Son los denominados paracaidistas. Incluso hay una anécdota de un candidato a gobernador que en un discurso cuestionó duramente a los paracaidistas. Desde de aquel momento ya tuvo las elecciones perdidas. Muchos de sus representantes favorecen la asociación entre nacidos locales, y no ven con muy buenos ojos que la ciudad crezca “a causa de los que vienen de afuera”. Dentro de ese “afuera” se juntan los restantes argentinos y lo que es peor aún, los chilotes.

Los TAF también tienen lo suyo. Como no son de esta ciudad y no se sienten pertenecientes a ella la cuestionan constantemente, a su gente, a sus costumbres, y no son capaces de reinsertarse socialmente. Este colectivo es muy complicado porque nunca se siente a gusto y le cuesta relacionarse con los NyC o los VyQ.

Es triste reconocer esta situación, pero es lo más cercano a nuestro entorno, y lo peor es que es verdad. Unos se sienten invadidos por extraños, y generan discriminación hacia los otros. Llevará muchos años cambiar estos resentimientos; sólo será posible al reconocer que todos –ViQ, NyC, TAF, etc. vivimos, habitamos, poblamos, un mismo suelo, más allá de nuestros orígenes.

Podría ser un buen ejercicio el conjugar el verbo existir desde una mirada local: yo NyC, tu VyQ, El TAF… Y cambiarlo por el: yo existo, tu existes, el existe, nosotros EXISTIMOS…

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