Muchas iniciativas tecnológicas que se están probando han resultado esenciales para el progreso económico de países en desarrollo.
El acceso a la tecnología es cada vez mayor en todos los lugares del mundo y no siempre tiene un coste alto.
Sin embargo, habrá que estar pendientes para que de esta vía no acarree otro tipo de problemas como los relacionados con la sostenibilidad. Algunas iniciativas tecnológicas de bajo coste en el campo de la sanidad han logrado un impacto enorme en zonas muy desfavorecidas.
Un smartphone o una tablet pueden cambiar la vida a mucha gente de zonas en desarrollo por permitirles estar conectados: pequeños agricultores que consultan el precio de sus productos vía online, gente que accede por primera vez a la banca móvil…