En relación a la decisión ¿Creer que somos imagen y semejanza de Dios? esta es una opinión de Adolphe Gesché

Esta es la opinión del experto

Para Adolphe Gesché el ser humano es creado a imagen de Dios pero tenemos que hacernos a semejanza suya. Poniendo a Dios en el origen del universo concluye que la realidad es fruto de una libertad y no del azar o la necesidad. De esta forma el hombre creado libre es al mismo tiempo creado creador.

Adolphe Gesché en el artículo «El hombre creado-creador», apunta como en la visión teológica del origen del universo, el hecho de poner a Dios en el origen, significa que la realidad es el resultado de una libertad y no de la necesidad o del azar. Esto significa que de entrada el ser humano está en el ámbito de la libertad, o sea, que el desarrollo natural del ser humano es precisamente la libertad.

 

Para el cristiano, la creación y, por consiguiente, la libertad constituye el tejido de la existencia creada. De este modo el ejercicio de la libertad, don de Dios, por parte del ser humano es un pleno derecho.

 

Por otro lado hablar de Dios es hablar de alteridad, del Otro, una referencia ante la cual tenemos que responder, que ejercer una responsabilidad. La libertad es asumir personalmente el propio destino de manera responsable, lo que significa que tenemos que ser capaces de dar una respuesta.

 

La existencia de este Otro, lejos de coartar la libertad, proclama que el hombre tiene el derecho y el deber de decisión, precisamente porque es capaz de dar cuenta.

 

Manifiesta, así mismo, Gesché que con el hombre se realiza el anhelo de la creación. El ser humano tiene la misión de culminar el anhelo de la creación entera. Así señala como el gesto creador de Dios queda como suspendido para que lo recoja el hombre. Dios pone el jardín en manos de los hombres y de las mujeres para que lo trabajen, para que lo gestionen pero también para que inventen.

 

Recordando la frase de Musil «Estamos en un mundo perfectamente imperfecto», responde el propio Gesché: Como si la perfección del acto creador de Dios consistiese precisamente en habernos dejado un mundo en el que quedasen cosas por hacer. Y continua cuestionándose: ¿No somos nosotros como una sinfonía inacabada? Creados a imagen de Dios ¿no tenemos que hacernos a semejanza suya?

 

El hombre ha sido creado para crear, para que haya libertad «en la tierra como en el cielo». Dios no ha creado cosas, sino que más bien ha «creado la creación»; algo que siempre tiene que inventarse y ser inventado, y en lo que el hombre, creado-creador, juega un papel insuperable de co-creador.

 

Fuente: GESCHÉ, Adolphe. «L' homme créé créateur». Revue Theologique de Louvain, 22 (1991), p. 153-184.

 

Comentarios
Imagen de Juan Malpartida
Miércoles, 11 de Septiembre de 2013 a las 9:52

El problema es: ¿Y cómo lo sabe? Poner a Dios en el origen del universo (si pensamos con san Anselmo habría que pensarlo como complejo,lo cual ya es una traba...) es una decisión de la imaginación teológica o metafísica de cada cual, pero nada más. Nada (desde un punto de vista del conocimiento) autoriza a Gesché a pensar así, aunque está en todo su derecho a hacerlo.. No es que por estar Dios en el origen somos libres y seamos creadores de nosotros mismos (en alguna medida) sino que es la observación de que realmente actuamos en nuestro desarrollo lo que nos hace pensar que nuestro ser está mediado por la cultura. No es que el ser humano se haga, en parte a sí mismo, sino que el cosmos mismo es discretamente caótico y tiende a la destrucción/creación. ¿Creó Dios el sistema solar para que estallara dentro de algunos millones de años, con todas sus criaturas? Pues eso pasará, y pasa en otros sistema solares, etc, etc. No es que la teología no sea interesante, el problema es que a veces es demasiado elemental (aunque no simple en el sentido científico) para que nos alimente. No nos conformemos con una metafísica que da la espalda al conocimiento.

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