En relación a la decisión ¿Casarse con alguien que piensa diferente? esta es una opinión de Alfonso Basallo

No

• Alfonso Basallo
• Periodista y experto en familia

Esta es mi opinión de experto

Mejor que no.
Es verdad que no hay reglas fijas, que puede haber excepciones, de dos que se casan con ideas contrapuestas y les va bien. Pero lo habitual es que si se piensa diferente, la relación se convierta en algo arduo y complicado o incluso se vaya a pique.
 
Lo primero que hay que decir es que la convivencia, el día a día, no es fácil para nadie. Que levante la mano el primero que no tenga roces en su familia, trabajo etc. En la relación de pareja pasa lo mismo. Te vas a vivir con ella o te casas, enamoradísimo e ilusionadísimo. Pero luego viene el día-a-día y los “ísimos” tienen fecha de caducidad. Y o cultivas el amor, mediante la renuncia y el sacrificio, o eso termina fracasando o en encefalograma plano.
 
En este sentido, es crucial que entre los dos novios o esposos haya sintonía en la forma de ver la vida. Si la hay, la convivencia es menos complicada, tal como explicamos Teresa Díez y yo en nuestro libro Pijama para dos (Planeta)
 
¿Qué quiere decir sintonía en la forma de ver la vida? No necesariamente pensar políticamente igual, o tener los mismos gustos. Pero sí coincidir en terrenos que podríamos llamar de planteamiento general de la existencia. ¿Cuáles? Ideas religiosas, educación, concepto de familia, formación cultural. ¿Por qué? Porque se trata de aspectos que condicionan la vida entera. Sin esa sintonía es francamente difícil construir una relación, porque no hay base. No digo que sea imposible –insisto en que hay excepciones- pero es poco recomendable un matrimonio de un musulmán con una católica, un ateo con una creyente, un analfabeto con una catedrática, o de alguien educado en la cultura del esfuerzo y el ahorro y otra persona criada en un ambiente de dejadez, indolencia y despilfarro, por poner ejemplos un tanto caricaturescos.
 
Dios, el dinero, la educación, los hijos, el concepto de familia… a eso me refiero. No a si te gusta el fútbol o la pesca de salmón en Yemen, o si eres partidario de las subvenciones o de la iniciativa privada.
 
He visto fracasar o pasar crisis peliagudas a parejas que tenían distinta visión de la vida. Y no es que fueran malas personas o no quisieran hacerlo bien, no. Podían incluso sentirse irresistiblemente atraídas por la simpatía, la personalidad y las cualidades del otro, pero no compartían el mismo planteamiento de la existencia y eso les llevaba a la incomprensión. Es como si hablaran lenguajes diferentes.
 
Por lo tanto no recomiendo, a priori, casarse con alguien que ve la vida de forma diferente a como la ves tú. Es una decisión demasiado crucial como para andarse con bromas.