En relación a la decisión ¿Leer "Quo Vadis" de Henryk Sienkiewicz? esta es una opinión de Alfonso Basallo

Imagen de Alfonso Basallo
0 votos

Esta es mi opinión de experto

Ha quedado eclipsada por la vetusta película -excepto la interpretación que Ustinov hace de Nerón-, pero vale la pena redescubrirla porque te transporta a la Roma del siglo I, y porque al leerla reparas en que aquel mundo decadente y políticamente correcto no se diferencia gran cosa del nuestro.

Puede parecer una historia infantil y algo folletinesca: joven pagano se enamora de bella cristiana en medio de la decadencia de la Roma de Nerón. Hay un momento de peligro (la joven a lomos de un toro salvaje, salvada in extremis por el gigantesco Ursus) y clímax dramáticos (el incendio de Roma, los cristianos devorados por las fieras en el circo). Pero finalmente triunfa el amor. Ese es el cliché que ha dejado el cine y las versiones escolares del Bachillerato. Pero leer la verdadera novela del polaco Henryk Sienkiewicz (1846-1916) es un descubrimiento.
 
- Porque está escrita con prosa ágil y poderosa.
 
- Porque te sumerge en la Roma del siglo I, con un realismo alejado de las estampas de cartón piedra. Y lo hace tras documentarse en los historiadores romanos Tácito y Suetonio, de manera que ves,oyes, hueles, aquel mundo, donde se mezclan las lujosas mansiones de los patricios, con las hediondas tabernas del Tiber o las catacumbas donde se reunían los cristianos.
 
- Porque los retratos de los personajes son vivos (gracias a unos diálogos muy bien construidos), de forma que no puedes ya olvidar ni a los reales (Nerón, su mujer Popea, el patricio y escritor, Petronio, un dandy al que llamaban el árbitro de la elegancia, San Pedro, San Pablo), ni a los ficticios (Marco Vinicio, Ligia, la pareja de enamorados).
 
- Porque la ironía de Petronio y sus perspicaces dardos contra Nerón proporcionan algunas de las escenas más divertidas e inteligentes.
 
- Porque pocas novelas sobre Roma como ésta, escrita en 1896, son tan asombrosamente actuales. Un mundo infatuado, hueco, poblado de espinazos doblados ante lo políticamente correcto, y de cortesanos que supeditan la dignidad a la adulación al tirano. Un mundo que se hunde, sin ver más allá del carpe diem.
 
Lean, si no, esta escena del final de una orgía: "La mayoría de los invitados habían desaparecido bajo la mesa; algunos caminaban con paso vacilante por el triclinium, otros dormían en los lechos de reposo, a lo largo de la mesa, roncando y vomitando, en medio del sueño, la bebida que los saturaba; y sobre los cónsules borrachos, sobre los senadores, los caballeros, los poetas, los filósofos borrachos, sobre las bailarinas y los patricios, sobre aquel mundo todopoderoso aún y ya carente de alma, coronado y licencioso, que naufragaba en su declive, de la dorada red tendida bajo la bóveda seguían cayendo pétalos de rosa sin tregua. Fuera apuntaba ya el alba".

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×