En relación a la decisión ¿Adaptar mi curriculum a los nuevos formatos? esta es una opinión de Alicia Malumbres

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Esta es mi opinión de experto

La tecnología 2.0 permite un análisis curricular mucho más rico y preciso, que nunca sustituirá las entrevistas personales ni el resto de pasos de un proceso de selección, pero convierten el curriculum en una herramienta más efectiva y enriquecedora para los profesionales y las empresas.

Según se hace más complejo el mercado, resulta más urgente y necesario conocer bien nuestro propio perfil y lo que nos define como profesionales. Parece ingenuo reflexionar sobre que trabajo se adapta mejor a nuestro perfil cuando algunos necesitan estar dispuestos a trabajar en cualquier cosa, pero éste es un argumento engañoso, que puede resultar contraproducente. Primero porque el concepto de trabajo está cambiando, la seguridad de las grandes empresas y los puestos fijos disminuye lentamente y se va desplazando hacia la persona, que se convierte en gestor de sus capacidades.
 
En segundo lugar, lo que más confianza genera a la hora de contratar a alguien es la claridad de ideas y la coherencia personal y eso no se improvisa, ni se puede transmitir si no es real. Conocerse a sí mismo es un factor diferencial de gran ayuda en la gestión de la carrera profesional. Por otro lado el fenómeno de las redes sociales profesionales y la multitud de datos y curricula disponible en la red hace que las empresas busquen plataformas que les permitan hacerse una idea más certera de las personas, y para esto es necesario incluir datos relativos a expectativas laborales, inquietudes personales, talentos, los famosos “intangibles” que pueden diferenciar a profesionales parecidos entre sí.
 
Los formatos 2.0 surgen porque existen necesidades claras por parte de los dos protagonistas del mercado laboral. Los profesionales tienen que crear y gestionar su marca personal, y adquirir seguridad como vendedores de sus diversas capacidades. Y las empresas necesitan definir mejor lo que buscan, segmentar, ordenar y dar sentido a grandes volúmenes de datos multidimensionales que no contemplan los CV tradicionales y que ha generado la explosión de formatos 2.0. Aunque algunos innovan más en la forma que en el fondo, la realidad es que el curriculum tiende a convertirse en algo más que una forma de "resumirse" profesionalmente, que se usa sólo cuando se necesita.
 
Empieza a ser una forma de darse a conocer, y de gestionar nuestras características pensando en el largo plazo. Debe ser capaz de mostrar talentos de forma versátil, porque no todas las capacidades se demuestran con documentos o títulos, pero siempre es necesario hacerlo con rigor. Además la tendencia indica que, en las plataformas profesionales irán convergiendo otros contenidos y servicios de interés relacionados no solamente con la búsqueda de trabajo, sino con el autodesarrollo y otros servicios de calidad. Los nuevos formatos son el reflejo de un mercado laboral que debe encontrar formas más ágiles, y eficientes de ajustar la oferta y la demanda ofreciendo servicios de valor añadido al usuario y a las empresas.

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