En relación a la decisión ¿Pedir la epidural en el parto? esta es una opinión de Alma María Dono Pérez

Imagen de Alma María Dono Pérez

Esta es la opinión del experto

La anestesia epidural es un método de eliminación del dolor del parto muy efectivo. Hay que tener en cuenta cómo se administra y, por supuesto, ponerse siempre en manos de profesionales, pero las ventajas de ésta superan a los inconvenientes.

La epidural no se aplica con las contracciones de pre-parto, lo habitual es que éstas se tengan que sobrellevar con alguna medida no farmacológica. Sólo si éstas son muy molestas para la madre el médico puede decidir administrar algún tipo de sedación o analgésico para reducir el dolor. Poner la epidural durante el pre-parto podría ser peligroso ya que podría darse el caso de que fuera éste un falso pre-parto, de manera que las contracciones acabarían remitiendo finalmente por sí solas y el progreso hacia el parto quedaría detenido.
 
Uno de los inconvenientes de la epidural es que, al no notar el inicio de las contracciones ni la presión de la cabeza fetal cuando empieza a salir el bebé, no se siente la necesidad imperiosa de empujar y, en consecuencia, podría ser que la fuerza de empuje fuera menos efectiva y se tardara más en dar a luz.
 
Este efecto de la anestesia epidural es el que se suele asociar a un mayor riesgo de partos ayudados por instrumental (fórceps, ventosas, palas...) para ayudar a la extracción fetal. No obstante no hay porqué preocuparse, la matrona o el tocólogo indicarán cuándo empujar y cómo hacerlo en cada momento. Además, durante el parto se vigilará la frecuencia cardíaca fetal, así como la tensión arterial de la madre y la temperatura. Habrá, eso sí, que someter a la madre a un sondaje para extraer la orina, ya que ésta no sentirá el deseo de orinar mientras esté bajo el efecto de la anestesia.
 
Existen algunas complicaciones que pueden surgir por causa de la anestesia epidural: la hipotensión materna, que puede desencadenar un síncope y que, además, reducirá la cantidad de sangre que le llega al feto; y la cefalea pospunción que se produce cuando se pinchan accidentalmente los tejidos que rodean la médula; suele manifestarse doce horas después de la punción y habitualmente empeora al ponerse de pie y al sentarse, y desaparece al acostarse. Normalmente son leves y desaparecen con reposo en la cama, hidratación y analgésicos, pero pueden hacer que se prolongue la estancia hospitalaria después del parto.
 
En definitiva, la autora afirma que la epidural es un método seguro, y el más efectivo hoy en día para disminuir el dolor durante el parto. Es necesaria una consulta previa con el anestesista para que certifique que no existen contraindicaciones y que entregue el certificado de consentimiento a la madre con las explicaciones pertinentes.

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