En relación a la decisión ¿Ir a misa todos los domingos? esta es una opinión de Alphonse Borras

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Esta es la opinión del experto

Para este autor urge restituir la unidad entre IGLESIA-EUCARISTÍA-DOMINGO, ya que en el domingo se encuentra la originalidad del cristianismo. Además, la asamblea dominical tiene una importante dimensión profética de unidad, alabanza, de asamblea que comparte el Pan de Vida y de gratuidad.

Alphonse Borras empieza por señalar como durante los tres primeros siglos, la celebración del domingo era la reunión por excelencia de la comunidad cristiana alrededor de una única mesa eucarística presidida por el obispo. Había una clara relación entre ecclesia (pueblo convocado por Dios en medio de las naciones), eucharistía (para dar gracias en Cristo por el Espíritu Santo) y dies domenica (esperando su regreso).
 
La eucaristía se entendía como memoria de la Pascua, acción de gracias por la obra de la salvación e intercesión por la humanidad, a la cual Dios ama y llama a hacer alianza con Él.
 
Con el aparecimiento progresivo de las parroquias y con la multiplicación de eucaristías (misas votivas, penitenciales, por intenciones particulares), ésta pasará a ser una devoción personal en detrimento de su carácter fundamentalmente eclesial. Así se pierde la conciencia de que la eucaristía hace a la Iglesia y de que la Iglesia hace la Eucaristía. De esta forma se rompe la relación iglesia-eucaristía-domingo.
 
Pero en la actualidad además de que se haya enturbiado esta relación entre iglesia-eucaristía-domingo, las condiciones de vida impuestas por la modernidad atenúan la incidencia del domingo en el ritmo semanal y comportan un relajamiento en la práctica dominical.
 
Borras identifica algunos factores que inciden en esta notable disminución de la práctica dominical:

  • La semana inglesa con el fin de semana: el lunes se convierte en el primer día de la semana y no el domingo.
  • Caída de la cristiandad: Hay un gran pluralismo de creencias y convicciones.
  • Condiciones económicas de producción.
  • Incremento de diversiones.

 
Sin embargo recuperar el domingo y su alcance eclesial, aunque parezca una empresa de titanes es indispensable, ya que si no, se pone en riesgo la originalidad del cristianismo.
 
Por otro lado el domingo, o antes más la asamblea dominical, tiene una importante dimensión profética:
 
Dimensión profética de unidad:

  • El «milagro del domingo»: personas de origen diferente, de distintos medios, vocaciones, proyectos… consienten en reunirse.
  • La asamblea surge como una anti-babel: En un mundo dividido la asamblea dominical manifiesta con gestos que es posible que la gente se reconozca y se reconcilie a pesar y en medio de las diferencias.
  • La catolicidad (universalidad) y la unidad de la asamblea dominical incita a luchar durante la semana contra el aislamiento, la exclusión y el anonimato. Bajo pena de esquizofrenia los fieles no pueden vivir de forma diferente a como celebran.

 
Dimensión profética de alabanza:

  • Reconocer con alegría que el amor de Dios nos precede.
  • Nos compete a nosotros cantar las maravillas de Dios.

 
Dimensão profética de una asamblea que comparte el Pan de Vida:

  • El pan compartido nos motiva a darnos nosotros mismos y a que nos atrevamos a compartir con nuestos hermanos.
  • El pan partido para la salvación del mundo anticipa la reconciliación de la humanidad.
  • Despierta en los fieles la esperanza del pan para todos, los anima a un compromiso efectivo para compartir.

 
Dimensión profética de gratuidad:

  • Dios ofrece a todos su alianza, sin excepción ni exclusivismo. Todos los seres humanos son preciosos a los ojos de Dios.
  • La revelación de Dios en Jesucristo, su Hijo, por el Espíritu Santo, sólo es posible por un exceso de amor. Es una pura gracia. ¡Tan sólo por la ley de mercado Dios no nos hubiera visitado nunca!

 
Para este teólogo es urgente descubrir de nuevo la unión entre IGLESIA-EUCARISTÍA-DOMINGO.
 
Fuente: Borras, Alphonse. «Aspectos teológicos e canónicos da remodelação paroquial». In Borras, Alphonse; Routhier, Gilles. A nova Paróquia. Coimbra: Gráfica de Coimbra 2, 2010.

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