En relación a la decisión ¿Tener más de una identidad cultural? esta es una opinión de Amin Maalouf

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Esta es mi opinión de experto

En su libro Identidades asesinas, Maalouf se pregunta qué ha incitado a los hombres, a lo largo de la historia, a matarse entre sí en el nombre de una etnia, lengua o religión.

Desde su condición de hombre a caballo entre Oriente y Occidente, Maalouf intenta comprender por qué en la historia la afirmación de uno ha significado la negación del otro. Pero al mismo tiempo rechaza la aceptación resignada y fatalista de tal hecho. Su mensaje es que se puede ser fiel a los propios valores sin verse amenazado por los de los demás.
 
Cuando a Maalouf se le pregunta si se siente más libanés o más francés, él responde que por igual: "Lo que me hace ser yo mismo y no otro es que estoy a caballo entre dos países, entre dos o tres lenguas, entre varias tradiciones culturales. Ésa es mi identidad...". Identidades asesinas es un canto al ciudadano frente a la tribu, una llamada a la tolerancia.
 
Maalouf habla de las diferencias que existen entre las personas en términos de religión, lenguas, creencias, cultura y costumbres y de lo enriquecedor de éstas y lo peligroso que puede ser cuando tras ellas amenaza la sombra del fanatismo. Comienza hablando del significado de la palabra identidad: “identidad es lo que hace que yo no sea idéntico a ninguna otra persona”.
 
Afirma Maalouf que todos nos componemos de múltiples pertenencias que por separado cada una de ellas nos une a un determinado grupo de personas, pero todas ellas en su conjunto forman nuestra propia identidad, y eso es algo único e irrepetible. Nadie tiene la misma identidad, cada uno la adquiere, le da forma, la moldea, etcétera. Hoy en día la identidad se resume al grupo al que pertenecemos, por eso decimos, por ejemplo soy judío, soy árabe... y con esta afirmación ya de antemano presuponemos su religión, sus costumbres e incluso tal vez le atribuyamos los crímenes que otros de su país o raza hayan cometido.
 
Maalouf reflexiona que cuando un inmigrante pasa a formar parte de otra sociedad, a vivir en ella, tendrá que aceptar una serie de normas, pero por otro lado también rechazará otras porque no sean compatibles con sus creencias. Si el inmigrante siente que todo lo suyo es malo y se siente rechazado e incluso humillado por el país de acogida cualquier acercamiento que haga a él, lo sentirá como un alejamiento de su país de origen, y por lo tanto reaccionará mostrando signos de su diferencia, relacionándose generalmente con gentes de su misma zona, éste es uno de los motivos de la creación de guetos en las ciudades, porque en ellos se sienten más cerca de su país y no están rodeados de una cultura que no les quiere.
 
Concluye Maalouf: “se debería animar a todo ser humano a que asumiera su propia diversidad, a que entendiera su identidad como la suma de sus diversas pertenencias en vez de confundirla con una sola, erigida en pertenencia suprema y en instrumento de guerra. Especialmente en el caso de todas las personas cuya cultura de origen no coincide con la cultura de la sociedad, y habría que hacer lo posible para que nadie se sintiera excluido de la civilización común que esta naciendo, para que todos pudieran hallar en ella su identidad”.

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