En relación a la decisión ¿Apoyar discursos radicales en tiempos de crisis? esta es una opinión de Esteve Espelt

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Esta es mi opinión de experto

Según el experto, una persona asustada pierde la capacidad crítica, la lucidez mental, su mirada se estrecha a lo inmediato, lo que se traduce en un descenso del autocontrol y de la autonomía personal. Ante ello, es fácil que sigan discursos radicales, negativos y generalizadores.

Sostiene el experto en su libro "¿Somos racistas? Valores solidarios y racismo latente" que en situaciones de crisis y fuerte tensión social aumenta el autoritarismo y el prejuicio en las personas y ante ello, todos aquellos discursos que proponen soluciones radicales a las crisis, fáciles y rápidas se vuelven más atractivas. Ante ello, “entonces, muchas persona prefieren un líder fuerte, carismático, que ofrezca seguridad y ciertas soluciones”.

El aumento del autoritarismo no sólo se manifiesta en las opciones políticas escogidas sino también en otros indicadores, destaca. Por ejemplo, en tiempos de crisis, según destaca el experto a partir de algunas investigaciones, el contenido de las tiras cómicas tienden a resalta más poder y la fuerza de sus protagonistas, aumenta la demanda de la astrología y disciplinas afines y la opción por raza de perros pasa a ser más agresiva.

Afirma también que cuando las personas se sienten amenazadas, como después de los ataques terroristas del 11-S en Estados Unidos o del 11-M en Madrid, los prejuicios sutiles pueden volverse más abiertos y manifestarse más explícitamente.

Espelt señala que los intensos sentimientos de amenaza, inseguridad e incertidumbre y el fuerte impacto emocional que conllevan (en términos de tristeza, ansiedad, sentimientos de vulnerabilidad y cólera) causan, por una parte, una intensa reacción defensiva que refuerza la identidad colectiva (aumenta la exhibición de símbolos de solidaridad compartidos y el favoritismo endogrupal) y busca reducir la incertidumbre.

Por otra parte, dice el experto, aumentan las actitudes y conductas negativas hacia los miembros del grupo amenazador que, debido a su percepción estereotipada y homogénea del exogrupo –“son todos iguales”– , pueden extenderse, por ejemplo respecto de los atentados del 11M, de los terroristas a los inmigrantes en general.
En síntesis, concluye el experto, cuando la sociedad se siente amenazada, cuando predomina el miedo o el temor de forma continuada y el mundo se percibe como un lugar peligroso, el individuo se repliega sobre sí mismo y en su grupo. Una persona asustada pierde capacidad crítica, lucidez mental, su mirada se estrecha a lo inmediato, lo que se traduce en un descenso del autocontrol y de la autonomía personal, lo que termina generando un terreno propicio para el aumento del racismo.

(Citas extraídas del libro de Esteve Espelt "¿Somos racistas? Valores solidarios y racismo latente").
 

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