En relación a la decisión ¿Apoyar nuevas propuestas territoriales y organizativas del Estado? esta es una opinión de Jordi Cussó Porredón

Sí

• Jordi Cussó Porredón
• Presidente de la Fundación Carta de la Paz dirigida a la ONU

Esta es mi opinión de experto

Las Estructuras sociales, porque están hechas por personas, son limitadas. Aquellos que las crearon en su tiempo y momento, las vieron como las más adecuadas y convenientes, pero lo cierto es que son limitadas, tienen caducidad, y en general, tarde o temprano, pueden perder su idoneidad e incluso en innecesarias. En los momentos de grandes cambios sociales (y ahora estamos viviendo uno de esos momentos), surgen nuevas estructuras sociales, nuevas organizaciones políticas, económicas, financieras, de mercado, a todos los niveles, también dentro de la sociedad civil.
 
Desde las llamadas ONGs, hasta una Europa Unida, todo responde a una nueva concepción sociopolítica, económica y cultural, de una Europa que quiere entrar en el siglo XXI, cambiando sus planteamientos. El problema radica en que las estructuras permanecen en el tiempo. Las personas acaban, pero muchas de las estructuras creadas por ellas perduran más allá de la vida de esas personas. Por lo tanto, cuando se piensan y se construyen, es porque se consideran las más adecuadas para que la sociedad, en ese momento histórico concreto pueda vivir en paz. Pero eso no quiere decir que estas estructuras tengan que ser las más adecuadas para aquellas personas que vivan siglos más tarde. Por tanto la sociedad lo que debe considerar y valorar en todo momento, es si en el momento presente, son las más oportunas para lograr una convivencia pacífica.
 
Quiero subrayar que cuando una organización humana se cree oportuna, no quiere decir que por este motivo, haya que aferrarse a ella como si fuera definitiva. La sociedad es conservadora de muchas cosas, muchas necesarias y algunas puede que innecesarias. El partido político, el grupo social, la organización que hemos creado, el sistema económico que usamos etc., nada es eterno ni definitivo. Todas esas concreciones sirven para construir una sociedad mejor, por ello cuando deseamos una convivencia más pacífica entre personas y grupos, debemos poner encima de la mesa aquellas ideas, estructuras, organizaciones, para ver si siguen siendo una aportación válida a la vida y al bienestar presente.
 
No hay duda de que necesitamos sociedades firmes, dotadas de unas estructuras adecuadas y que éstas estén bien fundamentadas, pero tenemos que buscar el verdadero fundamento de las cosas, porque muchas veces se justifican por ciertas ideologías y ciertos intereses concretos o particulares. Hay que discernir con detenimiento casa caso y cada situación. Pero las estructuras están al servicio de las personas y no las personas al servicio de las personas. Por tanto, si queremos vivir en paz, es necesario dedicar tiempo, recursos y creatividad a buscar nuevas organizaciones, a encontrar nuevos fundamentos donde basar las estructuras actualmente existentes.
 
Los ciudadanos son quienes deben construir la sociedad, quienes la tienen que organizar y darle cuerpo, y deben hacerlo de una manera responsable, conjuntando la libertad de los diferentes grupos y cuerpos sociales con la libertad de todos, tejer una sociedad más justa y humana Como dice el punto VI de la Carta de la Paz: Al organizar en la actualidad las nuevas estructuras sociales que se consideran oportunas para construir una sociedad más firme y en paz es peligroso, muchas veces, pretender basarlas sobre otras estructuras antiguas, aunque en su momento las vieran oportunas. Es más sólido fundamentar, las nuevas estructuras sobre unidades geográficas humanas. Sin embargo, evitando el riesgo de que éstas se encierren en sí mismas, ya que ello desemboca, casi siempre, en desavenencias de toda índole y hasta en guerras. (www.cartadelapaz.org)