En relación a la decisión ¿Exigir que se dedique el 0,7% del PIB a combatir la pobreza? esta es una opinión de Jeffrey Sachs

Imagen de Jeffrey Sachs

Esta es la opinión del experto

Jeffrey Sachs sostiene que el único camino para eliminar la pobreza es la ayuda económica de los países más ricos a los más pobres ya que aquella población que carece de recursos no tiene capacidad para acumular riqueza ni tampoco los conocimientos necesarios para incrementar su productividad.

 En este sentido, el experto apoya la Declaración del Milenio redactada por la Asamblea del Milenio de las Naciones Unidas, en la que se acuerdan diversos objetivos para superar la pobreza, siendo uno de éstos la asignación del 0,7% del PIB de los países desarrollados a las economías menos favorecidas a nivel mundial. 
 
Sumado a lo anterior, el economista sostiene que, además de la donación que deben hacer los Estados más ricos, es fundamental analizar la realidad económica de cada país y establecer un plan de inversión que se ajuste a sus propias necesidades. Esta medida, debería acompañarse de una estrategia de gestión pública que facilite la implementación de las propuestas y la búsqueda de soluciones frente a las dificultades que puedan presentarse.
 
Finalmente, el especialista pone énfasis en la necesidad de generar un compromiso global hacia el desarrollo sostenible, permitiendo que los países más pobres participen en la toma de decisiones. Así mismo, sostiene que es fundamental que tanto los Estados Unidos como las instituciones internacionales financieras se comprometan a elaborar e implementar mecanismos que reviertan la pobreza en el mundo entero. 

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Comentarios
Imagen de Ramón Suarez Llama
Jueves, 21 de Agosto de 2014 a las 11:55

No puedo estar mas en desacuerdo con lo que dice el profesor Sachs.
El destinar el 0.7% del PIB a los países pobres no sólo no les ayudaría a salir adelante, sino que sería la mejor forma de contribuir a perpetuar su estado de pobreza.
El mayor obstáculo que tienen los países para salir de la pobreza es la corrupción de sus sistemas políticos. Sistemas sin equilibrio de poderes que limitan la libertad de sus ciudadanos y que cercenan los fondos públicos mediante un nepotismo desmadrado, cuando no un saqueo directo de las arcas publicas. Los programas de ayuda al tercer mundo se han revelado como focos permanentes de corrupción en los que se ponen millones de dólares en las manos de castas políticas de la peor calaña. La mayor parte de ese dinero se queda por el camino, en bolsillos privados de una gentuza que esta haciendo su agosto a costa de la hacienda y la vida de la población a la que tienen esclavizada.
Quieres de verdad ayudar al tercer mundo? Pues deja de proteger tus mercados y liberaliza el comercio en sectores en lo que esos países pueden competir. Deja de proteger la agricultura en Europa (que consume el 60% del presupuesto cuando tan sólo aporta en 4% del PIB europeo), y conseguirás un chorro inmenso de capital hacia África que permitirá su desarrollo (educación, sanidad, etc.). Y de paso reducirás drásticamente los problemas de la inmigración ilegal en Europa y ahorraras miles de millones.
Es la Libertad la que produce el progreso. No la subvención.

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