En relación a la decisión ¿Dar dinero semanal a mis niños? esta es una opinión de Carme Thió de Pol

No

• Carme Thió de Pol
• Psicóloga

Esta es la opinión del experto

En su libro "Entre pares i fills" (Entre padres e hijos), la autora presenta cuatro modelos. En el primero los hijos han de pedir dinero a los padres cada vez que lo quieren o necesitan. Un segundo modelo de régimen económico es el que fija el cobro de un dinero a cambio de una tarea realizada. Un tercer modelo es el que establece una paga periódica (diaria, semanal o mensual) en concepto de necesidades o gastos varios (caprichos, actividades de ocio, vestidos,...)
 
Carme Thió  analiza este sistema, de cuotas  o pagas, y afirma que "es cómodo para los hijos porque obedecer órdenes ajenas es más fácl que tomar las propias decisiones. El sistema de cuotas quita al hijo la posibilidad de decidir la conveniencia de sus gastos y por tanto, no permite que se responsabilice teniendo en cuenta la economía familiar. Las pagas y cuotas incluyen el concepto de derecho a gastar porque sí." Y se pregunta: "Por qué motivo un niño o niña ha de recibir siempre la misma cantidad de dinero cuando las necesidades y los gastos varían? y ¿qué sentido tiene dar o recibir un dinero porque sí? Y todavía más, si se utiliza la paga como incentivo o castigo al comportamiento del hijo, ¿qué se está educando?"
 
El cuarto modelo que establece la autora: "parte de considerar que el dinero que ganan los padres es de la familia; por tanto, los hijos igual que los padres cogen del fondo común el dinero que necesitan. Este es un modelo sencillo y fácil de implantar. Sólo requiere por parte de los padres la total confianza en los hijos y algunas precauciones de tipo práctico como que cada uno anote la cantidad que saca de la caja para evitar errores (el dinero se acaba siempre más deprisa de lo previsto)"
 
"Este procedimiento hace sentir al niño totalmente integrado en la familia y le pide un esfuerzo de responsabilización en todas sus actuaciones, también en sus gastos por caprichos, ocio y otras necesidades."
 
"Con este régimen, los hijos no dependen de los padres porque siempre tienen dinero a disposición y pueden utilizarlo sin necesidad de permiso. Al no imponer ni restricciones ni cuotas, los hijos se ven obligados a elaborar sus propios criterios y a tomar sus propias decisiones. Por parte de los padres, presupone mantener una actitud de confianza y de respeto, pero a la vez quedan libres para poder comentar, opinar y preguntar sobre las actuaciones de los hijos"
 
Según la opinión de Thió: "Este modelo es preciso aplicarlo desde pequeños con cantidades manejables para ellos, de manera que puedan ir aprendiendo a ser autónomos en sus decisiones."