En relación a la decisión ¿Alejarme de gente que me crea ansiedad? esta es una opinión de Carmen Martínez González

Imagen de Carmen Martínez González
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Esta es mi opinión de experto

Las personas que generan ansiedad son tóxicas. Alejarnos de ellas es una excelente estrategia de prevención, un signo de salud mental. Pero quien percibe esa sensación con demasiadas personas, quizá deba analizarse a sí mismo.

Las personas que nos generan ansiedad de forma reiterada son tóxicas. Pueden ser como los Dementores de Harry Potter, que "se alimentan de la felicidad de los otros, dejando solo tristeza y desolación a su paso, quitando el alma de las personas a su alrededor, absorbiendo los sentimientos positivos. Producen frío". Suelen ser personas neuróticas que neurotizan su entorno transmitiendo sus propias incapacidades, sus frustraciones, una forma de ser que les incapacita para ser suficientemente felices en la vida. Sabemos que la felicidad no es un estado constante, ni tiene el mismo significado o vivencia para todos.
 
Pero probablemente la mayoría estemos de acuerdo en que hay personas que son un bálsamo para el espíritu, que trasmiten sosiego; otras que contagian su energía, sus ganas de vivir, su alegría; con otras sentimos esa sintonía que invita al diálogo y estamos a gusto en su presencia; algunas incluso nos motivan, estimulan la parte más creativa de nuestra personalidad. Acercarnos a estas personas, mantener o promover esas relaciones afectivas, con el vínculo afectivo que sea, es vital en el sentido literal de la palabra: nos da vida.
 
Sin embargo las personas tóxicas no sólo nos alteran físicamente produciendo esa extraña sensación de alerta, taquicardia y disconfort, sino que desatan las peores reacciones de uno mismo como la ira. Nos desconciertan en el mejor de los casos. Decimos que nos “amargan” la vida con razón. Alejarnos de ellas es una excelente estrategia de prevención, un signo de salud mental. No esperemos al Beso del Dementor, que "aspira completamente toda el alma de la persona".
 
Claro, que esto es así cuando ocurre con contadas personas en nuestra vida, con ese tipo de individuos que desata reacciones parecidas en más de una persona de nuestro entorno de trabajo o familia. Porque si nos pasa con demasiada gente, tendríamos que pensar que podemos ser nosotros mismos los intolerantes con las diversas formas de ser de los demás.

Comentarios
Imagen de Juan Jose Martínez Jambrina
Lunes, 01 de Julio de 2013 a las 17:02

No me gusta el término persona tóxica como no me gusta el término relación tóxica. Provienen de una cierta psicologización economicista de la vida. Me interesa o no me interesa? Gano algo o no gano nada en la inversión que hago con esta compañía? Yo creo que hay tener en cuenta muchos mas factores que el que alguien nos genere ansiedad. La vida también está para ayudar a los demàs, en el sentido camusiano del término. No podemos ir por la vida como modernos picaflores sin compromiso y sin sentido cívico alguno.
Por supuesto que tampoco tiene sentido, salvo en el masoquismo, encadenarse al sufrimiento sin ton ni son. Pero la ansiedad no puede ser una indicador de la valía de un ser humano bajo ningún concepto.

Imagen de Laura Corpa Hervás
Lunes, 01 de Julio de 2013 a las 18:23

Muy interesante lo que opina Carmen sobre las personas tóxicas, y me gusta el hecho de que señale también "que quien percibe esa sensación con demasiadas personas, quizá deba analizarse a sí mismo" porque a veces creemos que son los demás los que nos cargan de energía negativa y somos nosotros mismos los que la proyectamos y nos "contagiamos" mutuamente. Carmen, ¿podrías recomendarnos alguna bibliografía sobre este tema? ¡Gracias!

Martes, 02 de Julio de 2013 a las 8:52

Gracias por las opiniones a ambos.
El término tóxico es claro, simplemente. Camusiano no lo entiendo, ¿nos explicas un poco?..
Pero efectivamente es reducir de un tema con más aristas que las cuatro de este "box", simplificado desde el momento en que es una pregunta dilemática ( SI/NO).
Pero me refiero a las personas con las cuales no estamos obligadas a convivir, que hay pocas en la vida. Personas que no aceptan acercamientos y si lo haces sales muy tocado; que pueden ser muy valiosas en su trabajo por ejemplo, pero no se relacionan bien con una mayoría.

Los hijos generan bastante ansiedad en muchos momentos de la crianza, en la adolescencia etc.Compartir un problema importante con un buen amigo ó cuidar a un padre enfermo también, y sin embargo te acercas más a ellos en esos momentos.

Laura, son reflexiones mías con sus más y sus menos, no se me ocurre un libro del tema.


Imagen de isabel fuentes bueso
Martes, 02 de Julio de 2013 a las 9:46

Estoy de acuerdo y me resulta muy interesante lo que decís....En cuanto al término me parece claro y directo, pues efectivamente hay gente que te envenena y nada te aporta más que sus propias sensaciones personales. En muchos casos, sueltan sus 'toxicidades' y, siguen pa_lante sin más, dejándote a tí sin embargo con 'mal rollo' total

Gracias
;-)

Imagen de José Lázaro
Viernes, 12 de Julio de 2013 a las 2:25

Interesantísimo tema el que plantea Carmen Martínez. Tan interesante que yo le pediría un bis.
Por ejemplo: ¿las personas tóxicas lo son para todos o lo que es tóxico para unos puede ser nutritivo para otros, como pasaba con las drogas según la conocida tesis del Don Juan de Castaneda?

Viernes, 12 de Julio de 2013 a las 10:13

Creo que caben las dos posibilidades, José.Hay gente tóxica por su personalidad, por su esencia, identificables por la mayoría de la gente a su alrededor, a quienes pueden hacer la vida muy difícil innecesariamente. Probablemente neuróticos severos, incapaces de "amar y trabajar" que simplificando a Freud, son características esenciales de la salud mental; personas que no tiene relaciones afectivas satisfactorias ni vida productiva en sentido amplio.
El otro tipo que dices, probablemente sea una persona normal, puede que no vulgar, incluso genial, que para unos sea muy nutritivo y para otros "tóxico", quizá en función de que se compartan o no sus ideas o creencias.

Imagen de Juan Malpartida
Viernes, 13 de Septiembre de 2013 a las 14:19

Lo cierto es que hay personas que no "asimilamos" (¿aceptamos el término?) y que pueden llegar a despertar en nosotros aspectos poco agradables. Hay neurosis que se despiertan mutuamente. Nos gusta decir que en una relación hay "química" (el enamoramiento, el coup de foudre...), pero no que sea "tóxica"... No hay que abusar de los términos técnicos, que designan realidades muy concretas, y es cierto que la persona es una totalidad compleja, llena de partes, a su vez relacionadas. También llamamos a alguien "cenizo" o "petarda", y un petardo es un tipo de explosivo. No es que no me parezca necesario examinar el lenguaje (todo lo contrario, y fue la primera reforma que se impuso Confucio, hace algunos años), pero me creo que Carmen Martínez hace sobre todo una descripción, y las descripciones, si son exactas, son importantes, porque nos ayuda a comprender mejor la realidad, aunque no alcanzacemos a tener una teoría. Volviendo: claro que hay personas cargadas de negatividad (¿termino perteneciente a la física?), Noes que, a la media hora, nos resultan cargantes, o enervantes o tóxicos, en el sentido de que nos producen alteraciones no deseadas, dificultad para hacerlas nuestras, o que suscitan en nostros lo peor... A veces pueden ser nuestros padres, ciertamente, o nuestros hijos, es verdad, y entonces solemos tener más paciencia, hasta que nos independizamos o se independizan. En ocasiones son nuestros compañeros de trabajo. ¿Qué hacer? Negociar, claro, como en política.

Martes, 17 de Septiembre de 2013 a las 21:14

Ya que parece que el término "tóxico" ha generado debate ( no se si renegar de la palabrita...) hoy buscando un libro de un premiado poeta en una librería he visto un best-seller llamado ¡Gente tóxica!, que no conocía. Me ha parecido un libro del tipo autoayuda, que no se si te interesaría Laura.

Respecto al final del comentario de Juan, creo que hay personas con quien simplemente no se puede dialogar, cuanto menos negociar. Puede que hayas tenido la suerte de no encontrarte ninguna.

Quizá volviendo en positivo la pregunta, diría que es importante descubrir, celebrar, mantener, alimentar, degustar la amistad con quien lo pasamos bien, con aquellos que nos motivan, nos dan alegría. Por aquello de que la vida es breve y tal. Sin más tecnicismos ni racionalizaciones .

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