En relación a la decisión ¿Leer poesía? esta es una opinión de Carmen Martínez González

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Esta es mi opinión de experto

Si, sin duda. Leer poesía para algunos es algo inútil, para otros imprescindible, para muchos un bálsamo para el espíritu. Pero siempre es un acto intimista con una utilidad difícil de justificar más allá del puro placer.

La poesía es ineludiblemente una fuente de riqueza psíquica. Curiosamente D.W.Winnicott (1896– 1971), pediatra y reconocido psicoanalista, destaca entre otros criterios de salud mental, la capacidad para soportar paradojas y la riqueza psíquica. Pero más que ningún argumento racionalizador, vale la pena oir a los poetas. Miquel Martí i Pol, poeta catalán dijo que"la poesía sirve para recuperar el gusto por el silencio en un mundo desquiciado y ruidoso; para sentir el gusto por la palabra en un mundo terriblemente mediatizado; para restituir el gusto por la intimidad en un mundo incierto; y para reafirmar el gusto por la libre reflexión en un mundo de pensamiento único”.
 
¿Alguien sigue pensando que la poesía no sirve para nada?. Para Hölderlin,"poeta es quien cede la iniciativa a la palabra para producir esa honda palpitación del espíritu que es la poesía". Es una maravilla Roberto Juarroz y esta poesía vertical:
"El oficio de la palabra,
más allá de la pequeña miseria
y la pequeña ternura
de designar esto o aquello,
es un acto de amor: crear presencia "
Y Pablo Neruda, que expresó maravillosamente que muere lentamente quien evita una pasión, quien no lee, quien no encuentra gracia en sí mismo. Finalmente, es posible que más de uno nos identifiquemos con Olga Orozco y su particular sentimiento: "cuando me ataron al mundo de las palabras, me desataron el mundo de la imaginación". Amén.

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Comentarios
Imagen de Juan Malpartida
Jueves, 26 de Septiembre de 2013 a las 14:08

La necesidad de la poesía está, además de lo que señala Carmen Martínez y los poetas que cita, está en ser una reacción al uso discursivo del lenguaje, que, si bien ilumina desde la lógica, restringe la realidad. La filosofía, afirmó María Zambrano, fragmenta y abstrae para comprender, pero en cambio la poesía lo quiere todo, completo. Es decir, "crea presencia", como escribió Roberto Juarroz y, antes, Octavio Paz en esa hermosa defensa de la poesía que es El arco y la lira (1959). Se podría decir que la poesía (no cualquier poema, sino cuando se logra) tiene una capacidad holística: aúna sensación y pensamiento, sentimiento y reflexión. De ahí lo necesario, en la infancia, de leer poesía, para ir ir acrecentando los sentidos en una tarea creativa que, sin duda, nos puede ayudar luego a comprender mejor el mundo y, también, lo que quizás sea tan importante como comprender, a habitarlo en su heterogeneidad. Estamos sometidos a demasiados discursos (en ocasiones, necesarios), y el cuerpo quiere y requiere de la presencia. Esa es una de las funciones de la poesía. Pero todo parece conjurarse contra ella: la desaparición del sujeto devorado por el consumo, aleccionado por deseos inventados en una veloz cadena de producción, y por la pervesión del erotismo restringido a un placer narcisista. La poesía, erotismo en libertad, supone la afirmación del otro, y de lo otro, como quería Machado. En ella podemos aprender una erótica y una ética no dogmáticos.

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