En relación a la decisión ¿Compartir archivos en la red de internet? esta es una opinión de Tom Chatfield

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Esta es la opinión del experto

El experto explica cómo a través del tiempo constantemente han emergido formas online para compartir archivos y programas que facilitan estas acciones. Aunque estas acciones pueden afectar el copyright.

Según Chatfield, la práctica de compartir archivos entre los usuarios de internet se hizo patente de manera visible a finales de la década de 1990 y a principios de la del 2000, con la extendida adopción de los programas para compartir música, lo que terminó con cambios profundos en toda la industria cultural.
 
A medida que millones de personas del planeta empezaban a almacenar un número creciente de archivos en formato digital en sus ordenadores, se evidenció la necesidad de programas con una capacidad informática para conectar a los usuarios entre sí. El resultado, así dice el experto, fue la irrupción de programas diseñados para permitir la consulta de archivos y accesibles desde cualquier lugar del mundo.
 
Añade Chatfield, que estos programas se conocieron como “peer-to-peer” porque en vez de posibilitar que todos los usuarios puedan acceder al contenido desde una sola ubicación central, les permite localizar a otro usuario o usuarios que tienen el archivo y conectar directamente con ellos.
 
Uno de estos programas, señala el experto, es BitTorrent, (creado en 2001 ), el cual es un protocolo de código abierto para compartir archivos con una gran potencia y flexibilidad, preferido por muchos usuarios para compartir casi todos los archivos grandes por la red, desde películas hasta paquetes de software.
 
Puntualiza, además, que compartir archivos a través de mecanismos como BitTorrent es casi imposible de evitar, ya que es un sistema descentralizado, sencillo y extremadamente popular, con algunos peligros como los “Spyware (programas espías) que obtienen datos personales de los usuarios”.
 
Concluye diciendo que compartir archivos entre amigos puede ser una actividad legítima, pero supone a menudo una violación del copyright, según sea la naturaleza del servicio utilizado. El dilema ético y legal que se presenta es determinar quién es legalmente responsable de las infracciones de copyright cuando se comparte un archivo: los individuos que comparten o el servicio que se lo permite.

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