En relación a la decisión ¿Creer que Dios es omnipotente? esta es una opinión de Eduardo Malvido Miguel

Sí

• Eduardo Malvido Miguel
• Doctor en Teología por el Angelicum de Roma

Esta es la opinión del experto

En el símbolo de los Apóstoles (lo que popularmente se llama Credo “corto”) se llama a Dios Padre todopoderoso en dos ocasiones, en el contexto creacional y en el contexto resurreccional.

1. Contexto creacional «El Padre se mostró verdaderamente “todopoderoso” en su intervención creadora. Los antiguos estimaban tal acción como acabada. Ni se les pasaba por la imaginación que este mundo esté todavía desarrollándose. En el Credo apostólico se le llama al Padre “todopoderoso” inmediatamente antes de mencionar su obra creada: “Padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra”. Sólo Dios, el Omnipotente, podía hacer una cosa semejante» (pag 41).  
2. Contexto Resurreccional «Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso”. Fue en la resurrección de Jesús de Nazaret donde el poder del Padre alcanzó su techo máximo posible: ¡Hacer que su Hijo humanado en carne mortal pasara a vivir perennemente como hombre en “carne” inmortal! Comparativamente con la omnipotencia creadora del Padre, su acción resucitadora es aún superior porque corresponde a otro orden, al orden de la gracia sobrenatural, en el cual la naturaleza humana, gracias a Jesucristo resucitado, participa de verdad de la vida de Dios» (pág. 42). 

 
La resurrección es la máxima manifestación de la omnipotencia del Padre. Además ayuda a distinguir el diferente modo que tiene el Padre de desplegar su poderío, ya sea en la primera fase de la salvación, la creación; ya sea en la segunda fase, o fase intermedia, la historia humana, en la que está limitado por las respuestas de la libertad humana; en cambio el “Padre todopoderoso” de la creación actuó omnipotentemente como el “Padre todopoderoso” de la Resurrección.
 
«Los cristianos entendemos en un sentido absoluto la omnipotencia del Padre en el plano de la creación inicial –sólo Él es el Creador– y en el plano de la resurrección –sólo Él es el Resucitador–, pero no en el plano de la historia» (pág. 43)
 
En el plano de la historia la omnipotencia divina se ha impuesto libérrimamente autolimitaciones en relación a la fase evolutiva del cosmos y de la historia de la humanidad. Ahí la iniciativa y responsabilidad inmediatas son de los seres humanos, por lo que el comportamiento ético de éstos es sumamente importante para ellos y para Dios.
 
 
Fuente: Malvido Miguel, Eduardo. El Credo de un Cristiano de hoy. Madrid: Ediciones San Pablo, 2000, pag 38-43.