En relación a la decisión ¿Creer que mi destino lo dirige Dios? esta es una opinión de Francisco Lapuerta Amigo

Esta es mi opinión de experto

Lapuerta no cree en el destino, y por consiguiente, tampoco que Dios lo decida. La presencia del azar es suficiente para invalidar la idea del destino. Creer en el destino significa negar la libertad.

Francisco Lapuerta no cree en el destino, y por consiguiente, tampoco que Dios lo decida. Constatar la presencia del azar es suficiente para darse cuenta que la idea de destino no tiene sentido: "Me sorprende la facilidad con la que la gente incurre en la creencia en el destino. Cualquiera que se ponga a pensar un poco ha de percatarse de que la vida, se mire por donde se mire, está tocada por el azar. Y no es difícil entender que la presencia del azar invalida cualquier noción de destino."
 
Lapuerta explica que no se puede creer a la vez en el destino y en la libertad: "el destino es incompatible con el libre albedrío. Si tu vida estuviese predestinada, la libertad que te arrogas al elegir A en lugar de B sería una mera ilusión, pues esa supuesta libre elección ya estaría de antemano decidida. Por tanto, cree en el destino si te apetece, pero no digas que eres libre."
 
Sin embargo, Lapuerta constata que a pesar de la evidencia del azar y de la incompatibilidad entre destino y libertad, los seres humanos siguen creyendo en el destino: "Y a pesar de todo ello, todavía se aferran a la idea de destino. ¿Cómo explicarlo? La única manera, creo, es describirlo como un mecanismo psicológico irracional."
 
Para entender este hecho, Lapuerta recurre al filósofo Schopenhauer que sostiene que creer en el destino es una trampa de la voluntad, un conflicto entre nuestra voluntad consciente y nuestra voluntad inconsciente.
 
De esta forma, Lapuerta mantiene que lo que atribuimos al destino, en realidad es la manifestación de nuestros deseos inconscientes: "A veces queremos algo que, inconscientemente, no queremos (o al revés: no queremos algo que, inconscientemente, queremos). En estos casos, la voluntad inconsciente se rebela contra la consciente. En ocasiones, logra imponerse a ella con un curioso resultado: la sensación de que nos ha sucedido lo que nos tenía que suceder. Aunque no lo veamos así, eso que llamamos destino es lo que en el fondo queríamos. Y porque con tanta fuerza inconsciente lo queríamos, nos parece que no podía no haber ocurrido."

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×