En relación a la decisión ¿Dejar de fumar? esta es una opinión de Silvana Castillo Parra

Sí

• Silvana Castillo Parra
• Doctora (c) en Educación y Profesora de Ciencias de la Salud

Esta es mi opinión de experto

Quienes han experimentado la decisión mantenida de dejar de fumar, manifiestan cierto "orgullo" por la decisión tomada y los beneficios especialmente físicos y económicos que significan progresivamente para su vida cotidiana. Las personas no fumadoras por su parte, tienden a animar con entusiasmo a un ex fumador para que su decisión pedure en el tiempo, notando externamente mejoras vinculadas a su aspecto y capacidad física, disminución del aliento y olor persistente del cigarrillo tanto en su cuerpo y vestimenta, como en los espacios físicos donde se encuentra.
 
Sin embargo, las mejoras asociadas al dejar de fumar no son inmediatas, menos aún cuando ha sido un fumador por muchos años y de alta frecuencia en cigarrillos diarios. Muchas personas en esta condición -aún cuando tengan una condición socioeconómica y nivel educacional que les haya permitido informarse y reflexionar detenidamente sobre su situación y los efectos de ser fumador- mantienen o retoman su condición de fumadores, alegando que el cigarrillo es una vía de escape, de descanso, de liberación, de placer y/o una estrategia de seguridad al relacionarse con otros.
 
¿Es entonces el ser fumador el problema primordial? ¿Existen otros elementos que deben ser abordados previa y conjuntamente con la decisión de dejar de fumar? ¿Qué grado de responsabilidad individual y colectiva existe en la adquisición y mantención de este hábito, cuando vemos que la edad de inicio del consumo del cigarro es cada vez más temprana? ¿El hábito de fumar es solo un problema colectivo cuando contamina espacios comunes o es un problema colectivo desde su génesis, su oferta y las ganancias que significan para sus productores? ¿Cuán eficaces están siendo las políticas que prohíben y multan a los fumadores?
 
Es interesante ampliar las miradas sobre la salud y las conductas asociadas a ella, comprendiendo que las decisiones, hábitos y enfermedades son multicausales, complejas y se ven influidas por determinantes sociales que afectan no solo el estado físico de salud de cada persona, sino también su salud mental, las concepciones y paradigmas respecto a su vida en relación con otros, lo cual orienta y diferencia a las personas desde lo que significa "sentirse enfermo", reconocer la necesidad y factibilidad de cambiar algún hábito, e incluso indentificar responsabilidades individuales y colectivas en las diversas situaciones asociadas a su salud.