En relación a la decisión ¿Emprender acciones sociales para transformar la sociedad? esta es una opinión de Pere Ortega

Sí

• Pere Ortega
• Licenciado en historia

Esta es la opinión del experto

“Cada vez más se están desarrollando nuevos espacios públicos independientes del Estado, donde dialogan instituciones gubernamentales y movimientos sociales, asociaciones y ONG, donde discuten demandas colectivas salidas de la sociedad civil, donde se dirimen los conflictos para encontrar una salida consensuada que evite el conflicto y su enquistamiento.
 
Es urgente promover un nuevo modelo de participación democrática a través del fortalecimiento de los movimientos sociales y el mundo asociativo. En primer lugar desde las propias instituciones, sin caer en el paternalismo de querer controlar, dejando autonomía, ofreciendo herramientas institucionales, infraestructuras, contribuyan a fomentar la participación en través de la autoorganización de los ciudadanos, donde se expresen iniciativas colectivas de manera autónoma, en la que los ciudadanos sean protagonistas y no se sientan tutelados ni dirigidos por las instituciones. Favorecer la creación de redes de trabajo, de plataformas transversales que permitan desarrollar experiencias avanzadas de reforma y participación. En definitiva, de buscar que se desarrollen modelos más participativos y democráticos que mejoren y den cohesión a la vida comunitaria”.
 
“El fenómeno social que representa el voluntariado ha abierto nuevas perspectivas para la participación democrática, sobre todo por el interés social que mueve a la mayoría de este voluntariado, mucha parte del cual, se inclina para inscribirse dentro del mundo de la cooperación, la paz y la solidaridad con los empobrecidos y excluidos sociales, y que ha dado pie a la aparición del voluntariado social y de numerosas asociaciones de nuevos tipos (las ONG)”.
 
 “Resulta curioso que, cuando surge una preocupación social, para poder afrontarla se crea inmediatamente la estructura burocrática, antes de escuchar a los demandantes. Así se crean divisiones sectoriales arbitrarias y, lo peor de todo, generan desconfianza desde el mundo asociativo y los movimientos sociales y todo lo que reivindica participar en la vida política comunitaria. Pero si se quiere transformar la sociedad, es imprescindible contar con la complicidad de los ciudadanos y por tanto de las asociaciones y los movimientos sociales, pues son portadores de nuevas energías que contribuirán a dinamizar una mejor convivencia social, es decir, la paz, a la vez que ayudan a mejorar la política de las instituciones”.
“Esto obliga a repensar el papel de la administración. La responsabilidad de apostar por la innovación en la participación ciudadana, recae a partes iguales entre políticos y tercer sector. Las dos partes tienen que arriesgar y trascender los límites de la democracia formal para encontrar nuevos espacios de participación. Persistir en pensar que la participación política sólo se sustenta en el ejercicio electoral, sólo provoca el alejamiento de la población de las instituciones y de la política”.