En relación a la decisión ¿Enseñar una sola versión de los hechos históricos? esta es una opinión de Alejandro Martínez Rodríguez

Esta es mi opinión de experto

Martínez busca resaltar el papel del historiador como agente de paz, más allá del papel del mero cronista. Aunque acepta siempre un grado de subjetividad, es deseable el análisis riguroso y éticamente responsable que lleve al historiador a incluir en el relato lo que quedó oculto.

Martínez afirma que “es innegable que la  mentalidad del historiador responde a su época. No es función del historiador juzgar los hechos históricos sino recogerlos lo más asépticamente posible, aunque: “por mucho que se intente, no es posible mirar la historia desde fuera de la historia’”.
Por ello, “el historiador deberá realizar un análisis riguroso de los hechos y evitar la propaganda sectaria a través de los medios de comunicación. Deberá recordar a las instituciones su gran responsabilidad en su implicación en los libros de texto y en la currícula de la historia, que incluya la defensa de los DDHH, fortalecer los valores democráticos y el respeto a la diversidad, para  elaborar una historia de todos que supere todo sesgo partidista. El historiador tiene que ser responsable, ético,  y elaborar un discurso que incluya, no sólo lo que pasó, sino aquello que quedó en silencio. Tampoco debe ser un simple intérprete de las fuentes sino que: “debe acercarse con sensibilidad, con la piel y la mirada a experiencias muchas veces traumáticas que le obliga a situar las cicatrices en el mapa del tiempo, y es que la memoria es conocimiento y sentimiento, el historiador ya no es sólo un cronista es un agente de paz”.

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