En relación a la decisión ¿Hacer algo si mis relaciones sexuales son aburridas? esta es una opinión de Esther Perel
- Esther Perel
- Psicoterapeuta experta en familia y parejas
Esta es la opinión del experto
La fantasía es una buena aliada para trascender los obstáculos en unas relaciones sexuales asfixiadas por la rutina. A veces, hay que recuperar algo de espacio y utilizar algo de misterio para que la pasión renazca.
Esther Perel asegura que antiguamente se practicaba el sexo con el objetivo de tener hijos o como “deber matrimonial” en el caso de la mujer. Ahora las cosas (en ciertas sociedades) son distintas y las parejas buscan placer, simplemente porque tienen ganas de pasarlo bien. Para Perel, el reto actual podría resumirse en “llevar la lujuria a casa y desarrollar una inteligencia erótica en el hogar”.
La experta señala que el deseo no es algo dócil, sino rebelde: no se suele sentir a gusto dentro de lo políticamente correcto. Su consejo es abordarlo como un juego, con la mentalidad de los niños que se hacen pasar por policías o bomberos sabiendo que lo que hacen no es real:
“La mente erótica es un santuario, y las fantasías nos permiten trascender los obstáculos morales, sociales, religiosos y personales”.
Estas fantasías permiten a un terapeuta revelar los sueños, aspiraciones, miedos y vulnerabilidades de sus pacientes. En ese espacio íntimo los caminos que elije el placer no pueden catalogarse como “normales” o “anormales”.
Uno de los mayores aliados del deseo sexual es el espacio; tomarse una cierta distancia. El exceso de cercanía puede generar el bloqueo de la espontaneidad que necesita el placer erótico. Un poco de incertidumbre y misterio puede ser muy útil para recuperar la pasión:
“Lo que alimenta el amor no es siempre lo mismo que moviliza el deseo”.
Además de esto, a algunas parejas les resulta muy complicado mostrar su lado más salvaje y oscuro con la persona con la que han creado un hogar, comparten hijos y la vida cotidiana.
Cuidar de alguien es una expresión de amor, pero no necesariamente ayuda a despertar la pasión. La sexóloga considera que “el deseo es libertad y a menudo contrario a la responsabilidad”, aunque puntualiza que no se puede generalizar en este apartado.
Hay veces que la falta de deseo llega por falta de imaginación, curiosidad e interés por la otra persona. En situaciones así, no basta con aprender ciertas técnicas sexuales.
Si se pregunta a las mujeres cuando se sienten más atraídas por sus parejas, suelen contestar que esto se da en los momentos en los que logran mirar “al otro” con cierta distancia:
“Les gusta poder ver a un desconocido, alguien misterioso, no familiar. Así surge el deseo: cuando se recupera el espacio.”