En relación a la decisión ¿Hacer horas de soledad y silencio? esta es una opinión de Francesc Torralba

Sí

• Francesc Torralba
• Filósofo y Teólogo

Esta es mi opinión de experto

En un tiempo en que la soledad "tiene muy mala prensa", debemos acabar con el tópico de que la soledad por definición es negativa, un aspecto que nos margina y nos separa de los otros  Yo defiendo la soledad creativa.  No como un estado permanente, pero sí alternándolo con la vida en compañía. 

La soledad creativa es un viaje sin retorno, de confrontación con uno mismo. El ruido, la interacción y la multiplicidad de imágenes nos dispersa y nos evita pensar en aquello que realmente nos puede hacer sufrir. Si una persona vive permanentemente estimulada por estímulos externos, ¿dónde queda su singularidad?

Cuando uno viaja a la soledad es cuando piensa qué quiere hacer con su vida y aquí es cuando puede hacer de ella un proyecto singular, quien soy y adónde quiero ir.

Es un proceso de autoconocimiento muy beneficioso a la hora de emprender proyectos, porque analizas tus puntos fuertes y débiles, aprendes a protegerte de los peligros, a decidir dónde poner todo tu potencial, a la vez que te encuentras con tus propias decepciones, frustraciones   Por ello, detrás de una persona con mucha singularidad o personalidad, hay una persona que siembra habitualmente la soledad, que no tiene miedo a encontrase a sí mismo, que hace ejercicios de autoconocimiento.

De hecho, todos los grandes pensadores han recomendado la soledad como algo básico. Es una ocasión para la creación intelectual. Las grandes obras se han hecho en soledad.  En cuanto a los grandes maestros espirituales, detrás de cada uno de ellos siempre hay alguien que ha practicado el silencio y la soledad con mucha frecuencia, como Jesús, que antes de predicar estuvo cuarenta días en el desierto  

En la medida que evitamos la soledad y el silencio, también perdemos mucha riqueza. Una persona que lee, escribe o escucha música en soledad, lo hace en un grado de profundidad superior. Tengo la impresión de que cuando estamos continuamente interaccionando, aquello que evocas o dices no ha estado suficientemente pensado, reflexionado, y se convierte en una banalidad.

La soledad también es un antídoto a la banalidad y a la superficialidad. Por eso la debemos cultivar

Pero la soledad no es un estado cómodo, por eso, de entrada, se evita.  Mucha gente no soporta estar solo en una habitación durante una tarde, por ejemplo, y enseguida busca conectarse, encontrar vínculos, navegar: buscar algún amigo por facebook.  Hay que resisitir este primer impacto, esa necesidad comunicativa, para disfrutar de todo lo que te aporta. Porque la soledad es iluminadora y transparente, Te permite hacer una valoración del pasado, un análisis positivo, pero también proyectar aquello que queremos hacer en los próximos años. Nos damos cuenta de qué vida libre o esclava llevamos, cuáles son nuestras jaulas, dependencias, servidumbres.