En relación a la decisión Aspiraciones personales, ¿cuestionarme qué quiero para mi vida? esta es una opinión de Francesc Torralba
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Francesc Torralba
- Filósofo y Teólogo
Esta es mi opinión de experto
Pensar es hacerse preguntas. Interrogarnos nos hace capaces de borrar, de disolver algunos de los grandes estereotipos, por ejemplo sobre lo que significa felicidad y atrevernos a pensar que la felicidad podría ser otra cosa. Y pensar también es discernir, tener criterios.
La primera actividad propia de pensar es interrogarse. Desde mi punto de vista, pensar es preguntar. No puedo entender el hecho de pensar sin la actividad de preguntar. Preguntar qué son las cosas, por qué son como son, qué hace que sean como son, por qué no son de otra manera, es intrínseco a la actividad de pensar. Quien piensa, pregunta. Esto está expresado muy bien en la obra de Martin Heidegger: el que piensa pregunta.
Pensar es un ejercicio de cuestionamiento. Por eso creo que, quien piensa cuestiona los tópicos y los estereotipos que culturalmente se le presentan, por ejemplo respecto a lo que es felicidad. Al pensar y al hacerse preguntas, creo que se es capaz de borrar, de disolver algunos de los grandes estereotipos sobre lo que significa felicidad y de atreverse a pensar que podría ser otra cosa.
Pensar es interrogarse incluso por lo más obvio. Pero pensar también es ser críticos, discernir según unos criterios. Quien piensa, discierne entre lo que vale la pena y lo que no, lo que tiene valor hacer y lo que no.
