En relación a la decisión ¿Mantener la propia vida sexual en un ámbito totalmente reservado? esta es una opinión de Francesco Alberoni

Imagen de Francesco Alberoni
0 votos

Esta es la opinión del experto

 

El experto advierte del poder desestabilizador del lenguaje sexual por su capacidad de evocar sensaciones, emociones, excitar y desencadenar reacciones de ‘todo o nada’. Hablar de nuestra vida sexual, en determinadas circunstancias, se interpretará muchas veces como una invitación abierta.

Alberoni opina que al hablar de sexo con otros de un modo vulgar, inmediatamente se evocan sensaciones, emociones, excitaciones sexuales que alteran las relaciones. Este tema es distinto a otros, es fácil que turben y produzcan desconcierto.

“Incluso en un ambiente relajado, contar detalles de la vida íntima de la manera que se habla en la calle con la gente cercana se toma fácilmente como una invitación sexual abierta”, escribe Alberoni.

La reglas sociales indican que si se entra en este juego sin rechazarlo abiertamente, puede entenderse como algo semejante a aceptar la propuesta.

“Compartir con un desconocido”, dice Alberoni, “los detalles de episodios sexuales que se vivió con sus amantes y sus sensaciones, probablemente sea vista por el otro como una proposición”.

Es inevitable que el que atiende a estas palabras reviva la escena con la imaginación, la fantasía, y de algún modo se sienta partícipe de la narración.

Si estas situaciones se repitiesen habitualmente, Alberoni cree que viviríamos en una sociedad de una promiscuidad fervorosa. Estas normas no escritas lo que tratan de evitar es que el sistema de protección de la vida cotidiana se desmorone. El sociólogo italiano lo expresa detalladamente en el siguiente párrafo:

“La sexualidad en todas sus formas, desde la exenta de amor a la que está repleta de él, supone siempre un peligro mortal para el orden social porque se fundamenta en mecanismos primordiales que preceden, en muchos millones de años, al nacimiento de la organización económica y política”.

Además, dentro del mundo profesional (profesores, magistrados, médicos, políticos…) se está sujeto a la deontología profesional, incluso hay determinados comportamientos proscritos por ley. El poder desestabilizador de la sexualidad es enorme y esto ha obligado a todas las sociedades a mantenerla separada del resto de esferas.

“El sexo es caprichoso, irreverente, parece y es puro juego, pero desencadena reacciones que se desarrollan en el registro del todo o nada, de la vida o la muerte”, escribe Francesco Alberoni.

 

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×