En relación a la decisión ¿Enumerar las razones que me han llevado al desempleo? esta es una opinión de Ignacio Lewkowicz

Imagen de Ignacio Lewkowicz

Esta es mi opinión de experto

El empleado no siempre tiene la culpa de su despido.
Sencillamente lo sufre porque estaba en la posición menos adecuada en un momento inoportuno.

La terminación de un contrato no siempre se debe a motivos imputables al trabajador.
Frecuentemente, los verdaderos culpables son los factores externos como los cambios en el mercado, las fusiones y adquisiciones de empresas, las circunstancias económicas de un determinado sector o el clima económico general.
En la mayoría de los despidos, las razones nada tienen que ver con el rendimiento o las circunstancias personales del empleado.  El empleado encillamente lo sufre porque estaba en la posición menos adecuada en el momento más inoportuno.
Dejando al margen los supuestos claros en los que el despido sea por razones obvias imputables al empleado y que nuestras primeras reacciones naturales tengan que ver con la tristeza, rabia y miedo a un futuro incierto, lo cierto es que no hay que abatirse.
Cuando uno se queda sin trabajo, lo más normal es experimentar un buen número de sentimientos negativos y es bueno no reprimirlos y dejarlos salir, pero no más tiempo del necesario.
A veces es frecuente ver como la gente se instala en ellos por más tiempo de lo deseable.
Para evitar lo anterior es conveniente seguir algunas recomendaciones que acortarán ese período de incertidumbre.
La primera:  Ser realista y reconocer las cosas tal y como son.  No conviene dramatizar la situación y ponerla peor de lo que ya esta exagerando lo ocurrido.
La segunda:  Plantearnos el despido como una situación de transición entre trabajos y pensando siempre en positivo.  Si hasta ahora he desempeñado hasta un trabajo con profesionalidad, ¿por qué no va a ser posible conseguirlo en otra empresa?
La tercera:   Es necesario planificar bien los gastos puesto que los ingresos, al menos en el corto plazo, se verán reducidos.
Perder el empleo es una de las peores situaciones con las que deberemos enfrentarnos a los largo de nuestra vida y lo peor que podemos hacer es enfocar con pesimismo esta coyuntura vital e inevitable.
Con una actitud positiva y planificando bien las finanzas es posible enfrentarse al problema sin perder la dignidad.
Debido al actual panorama económico, todos deberíamos contemplar la pérdida de trabajo como una realidad que puede sucederle a cualquiera
 Extraído de su libro "Pensar sin Estado. La subjetividad en la era de la fluidez" (Paidos Iberica, 2004)

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