En relación a la decisión ¿Vivir el fracaso empresarial como un aprendizaje? esta es una opinión de Joaquín Zulategui

Imagen de Joaquín Zulategui

Esta es mi opinión de experto

En la vida de un ser humano hay varias maneras de aprender que pueden resumirse en dos: aprender de lo que otros han aprendido, y aprender de lo que uno mismo ha ido conociendo.

 

1.- Aprender de lo que otros han aprendido, conocido como CONOCIMIENTO ACUMULATIVO, una capacidad que sólo tiene el ser humano, la capacidad de trasmitir a otros lo que han aprendido nuestros antecesores y nosotros mismos. Si no fuese por esta extraordinaria capacidad, cada individuo estaría de nuevo en un comienzo del todo, en un terrible bucle, y nunca habríamos abandonado el estado salvaje. Esto es fruto de la posibilidad que tenemos los humanos de hablar sobre aquello que está distante en tiempo y espacio, de cosas que ya ocurrieron o que aun no han ocurrido. Ningún otro animal de este planeta tiene esta capacidad.

 

2.- Aprender de lo que nosotros mismos hemos experimentado. Esta capacidad proviene de una capacidad que es común a muchos animales, es una capacidad básica, la prueba, error, el empirismo animal. Una vez que probamos algo y lo experimentamos ya sabemos si nos es bueno o no, la experiencia es base del conocimiento. La diferencia está en que al hablar de conductas humanas y relaciones sociales las variables son tantas que es difícil cotejar una experiencia con otra.


Sabemos que acercando la mano al fuego nos quemamos, pero no podemos estar seguros de que una acción tenga la misma reacción en la complicada relación económica y social de la organización humana, por eso a esta capacidad animal debemos añadirle otra que es también exclusiva del Ser Humano, esto es la capacidad de reflexionar a posteriori sobre la conveniencia de nuestros actos. El fracaso no debe ser un arma de tortura, la disculpa por no haber reflexionado lo suficiente antes de cometer un error no es activa ni ayuda a la mejora. La mejora viene cuando reflexionamos a posteriori sobre nuestras acciones y aprendemos de ellas. Por ello la reacción ante un error no debe ser la clásica de ira o vergüenza, si no la de aprender de manera fría y desapasionada de aquello que hemos hecho mal. La reflexión y el análisis de lo hecho y sus circunstancias. Decía Baltasar Gracián que la preparación es la clave del éxito, yo añado que la reflexión es la vuelta al camino del éxito.

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